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sábado, 19 de julio de 2014

JUDY LA ÚNICA PERRA PRISIONERA DE GUERRA : ARTÍCULO HOMENAJE A PEPE HARO.






JUDY LA ÚNICA PERRA PRISIONERA DE GUERRA : ARTÍCULO HOMENAJE A PEPE HARO.

Llevo ya bastante tiempo intentando hacerlo, pero no podía, me ha costado mucho  trabajo y muchas lágrimas redactar estas líneas que hoy leéis. ¿Como homenajear a mi amigo Pepe Haro de Haro and Haro y Haro, como le llamaba un locutor de radio Gibraltar?....pensándolo mucho y tirando de mi archivo he encontrado el animal ideal, una perra pointer, un animal tótem para él, ya que, incluso, tal y como me comentaba hace muchísimos años, su hoy viuda, mi querida Tricia, hasta el escudo de armas de su apellido,  llevaba un perro de caza, una especie de pointer o pachón, de una de sus razas preferidas.
Ya está en el cielo, cerca del arco iris y cerca de su viejo Adam, Arrow para los amigos, y sus descendientes como Oldfield Flinga, aquel perro que yo recuerdo como si fuera ayer, cuando llegó de Inglaterra, que recuerdo incluso al lado de su anciana criadora del afijo Crookrise, que me contó que su primer perro fue un smooth fox terrier como los que yo tenía por aquellos entonces y que un día en una consulta del dentista donde el animal la acompañó, se estaba extrayendo una muela con gran dificultad y dolor y que su fox, indignado le mordió en el culo al dentista. Ya estas allí, pero me faltan tus consultas como letrado, tus confidencias como amigo y tus “pisha que bien escribes y cuando te va a hacé  juez”. Lloré tu pérdida y la lloro escribiendo este artículo, en la esperanza de verte allí, el día que Dios me llame, si soy digno de un lugar cerca de Él y de ti.

Hasta siempre Pepe, va por ti.




Era Judy de la muy británica raza pointer, de color hígado cerrado y blanca,  nació en  Shanghai, China, en 1936, en un criadero de perros. Se escapó o fué robada de cachorra, y  vivió en un callejón  gracias a la generosidad de un comerciante hasta aproximadamente los seis meses.  Fué recuperada por un trabajador del kennel que la devolvió a sus orígenes.  Su nombre original era Shudi, que fué  anglicanizado  como Judy.
En  otoño de ese mismo año la tripulación del  buque HSM Gnat  votó para tener una mascota,  ya que otros cañoneros británicos como el Bee, Cicada y Criket tenían perros mascota. El Capitán,  teniente comandante. J. Waldergrave y el Suboficial Charles Jefferey, compraron a Judy barata en el kennel, debido a su edad y la regalaron a la tripulación. Los oficiales querían entrenarla como perro de caza pero no lo lograron nunca ya que la marinería siempre la trató como a otro miembro de la tripulación más que como una mascota y ello lo reflejó el suboficial en el libro de registro de a bordo.  
 Al marinero "Tankey" Cooper se le dio la tarea de ser  el cuidador de la perra de la nave por su condición de carnicero  y ayudante de cocina en la misma. Se le hizo un cajón abierto y una manta como yacija, y fue entrenada para que no entrase en determinadas zonas del buque, como las habitadas por los cocineros chinos, que no gustaban de los perros (y añado, como mascota). 
En noviembre de 1936, se cayó por la borda cuando surcaban el ríoYangtze y Jefferey la rescató. El barco se paró por completo y una lancha fue enviada a su rescate. Este accidente se escribió en el cuaderno de bitácora como un “hombre al agua”.  Después de someterse a pruebas después de una revisión, el barco de Judy se reunió con el Ladybird , que también tenía un perro mascota en el barco. El se encaprichó de ella y la perra no le hacía caso.
En la madrugada  tras la partida del Ladybirth , Judy alertó a la tripulación de unos piratas del río que estaba abordando el buque en la oscuridad. El ataque fue repelido  ya que los piratas habían perdido “el elemento sorpresa”. 
Varios días después, Judy fue llevada a tierra como perro de caza por los oficiales por primera vez, pero no servía para el menester que nació su raza.  Y nunca sirvió para estos menesteres, a pesar de los intentos de los oficiales de la marina Británica.
Judy  señalaba de un modo increíble el acercamiento de los aviones japoneses, mucho antes  que cualquier  tripulante los oyera. La primera vez ocurrió antes del estallido de la guerra, cuando una aeronave japonesa volaba a muy baja altura sobre el buque;  Judy ladró hasta perderles de vista. Pero no sólo eso, en una excursión a Jiujiang, Jefferey , se llevó a Judy para un paseo fuera de la ciudad, con la correa y no paraba de tirar del oficial hasta entrar dentro de la ciudad de nuevo, con el pelo erizado y llorando, mirando atrás y tirando hacia delante…..el oficial se quedó frío al volverse y ver que la perra le alejaba de un leopardo que les perseguía.
 En noviembre de 1937, la nave  se reunió con la cañonera fluvial norteamericana USS PANAY. Celebraron una fiesta conjunta y al partir ambas naves del lugar se dieron cuenta que la perra no estaba a bordo. Se pusieron en contacto la Panay  con lámpara de señales, contestaron que no la habían visto.  A la mañana siguiente, se acercaron a tierra a comprar víveres y un comerciante chino les dijo que había visto la perra con los americanos. Los británicos indignados por el comportamiento mezquino de los norteamericanos, reclutaron  un grupo de marineros voluntarios que  abordó el barco americano por la noche  y robaron  la simbólica campana de la nave. Al llegar de nuevo al buque de Su Majestad, se comunicaron con el Panay y les dijeron que les devolvían la campana si entregaban la pointer; el rescate duró menos de una hora.
A principios de 1938,  Jefferey y Cooper fueron enviados de vuelta a Gran Bretaña como parte de la rotación de la tripulación. Al atracar en Hankou, Judy estaba en celo con la casualidad de que se enamoró de otro pointer que estaba como mascota a bordo de un buque de guerra francés el  Francis Garnier . La tripulación de ambos buques celebró una ceremonia de la boda para los dos perros con gran algarabía por parte de la marinería. El pointer inglés del barco francés, Paul, se mantuvo en la nave británica durante tres días  de bodas antes de regresar a su nave. Judy se quedó preñada  y parió trece hermosos cachorros de los que quedaron diez y fueron regalados entre las diversas tripulaciones de marinería aliada, incluyendo el Francis Garnier y el cañonero americano USS GUAM. 
 Judy estuvo involucrada en un incidente en octubre ese año que hizo que no la llevasen más a tierra en Hankou. Dos marineros ingleses se pelearon con soldados japoneses y la perra les atacó, apuntaron a Judy con un rifle y uno de los japoneses  fue lanzado al río Yangtze. Durante los días siguientes, varios oficiales japoneses llevaron sus protestas a bordo y se decidió que sería mejor para Judy quedarse en el barco.
En junio de 1939, varias cañoneras arribaron al Yangtze para hacerse cargo de las operaciones existentes. Parte de la tripulación fué  transferida al HMS GRASSHOPPER, Judy subió a bordo como mascota.
La declaración británica de guerra a Alemania en septiembre de ese año,  hizo que varias de las cañoneras fluviales,  se llevasen a la base de Singapur.  Judy enfermó, pues nunca había navegado en el mar, pero al llegar a la base ya estaba acostumbrada al mar y recuperada.
Inicialmente, la estancia en Singapur fue pacífica, y Judy se quedaba a veces con un funcionario de aduanas y su familia en tierra, en unas perrunas vacaciones.  Las operaciones eran escasas hasta enero de 1942, cuando los barcos de guerra aliados bombardeaban las costas de Malasia para facilitar la retirada de las tropas y  las evacuaciones de personal civil y militar. 
 La batalla de Singapur tuvo lugar entre el 8 y el 15 de febrero.  El 13 de febrero, se ordenó al Grasshopper y al Dragonfly evacuar al personal y abandonar  Singapur. Partieron a las 21:00 . Las naves se dirigían a la isla de  Singkep en las Indias Orientales Holandesas con la esperanza de  poder esconderse en ellas. Al llegar casi a tierra, Judy  ladró advirtiendo la presencia de aviones japoneses y los artilleros se prepararon para un ataque. El Grasshopper en un primer ataque recibió una bomba, Judy estaba bajo cubierta , los aviones regresaron y hundieron con tres bombas al Dragonfly.  El Grasshopper fue alcanzado por dos bombas, y se dio orden de abandonar el barco al llegar el fuego a la santabárbara (almacen de municiones).
Las lanchas llevaron a los evacuados  y a la tripulación entre las bombas japonesas a unos cientos de metros de la orilla. Al  realizar el recuento en tierra se dieron cuenta que no estaba la pointer.
La isla estaba deshabitada,  por lo que tras construir un refugio en tierra el suboficial George White fue enviado al Grasshopper a rescatar lo que pudiese de suministros.  Buscando en el buque bajó a buscar cualquier cosa útil para llevarla a tierra y allí escuchó a Judy en la oscuridad, que le llamaba dando lamentos, ya que se había quedado atrapada tras una hilera de armarios metálicos. El suboficial construyó una balsa  con los restos del barco y llevó los suministros junto a Judy, de vuelta a la isla. 
 La falta de agua dulce se estaba convirtiendo en una tortura en un gran problema problema, hasta que Judy comenzó a cavar en un punto desenterrando un manantial de agua fresca que brotaba en cristalinos hilos salvando así la vida de todos los náufragos.

Los japoneses a los 5 días del naufragio volvieron a bombardear el Grasshopper. Los náufragos lograron salir de la isla en un tongkang, que llevó a los supervivientes a Singkep. Allí quedaron los heridos y enfermos, los otros supervivientes dos días más tarde en un barco chino viajaron a Sumatra, donde un barco británico les llevaría a Sri Lanka.  Ríos estrechos llenos de maleza impedían la navegación del barco fluvial, por lo que tuvieron que andar 200 millas por la selva. En esta selva, Judy  estuvo a punto de perder la vida atacada por un cocodrilo y le quedó en recuerdo de ello una gran cicatriz en el hombro toda su vida. Cinco semanas de penoso viaje les llevaron a Padang  pero perdieron el barco de evacuación por 24 horas y fueron hechos prisioneros junto a la perra por los japoneses.
Los tripulantes se convirtieron en prisioneros de guerra, que estuvieron en el campo de Padang, pero pronto los trasladaron a  Balawan.  Judy la mascota, no podía ser abandonada, y se impuso la camaradería británica, escondiéndola a bordo de los camiones de transporte,  bajo sacos de arroz vacíos. Después de cinco días llegaron al  campo de prisioneros de Medan.  el Suboficial Leonard Williams escribió: "así comenzaron los cuatro años de los trabajos más horribles, la tortura, el hambre y la degradación que los japoneses  nos podían infligir”. Una vez que Judy llegó a Medan, conoció  a Frank Williams, aviador británico y líder entre sus compañeros de prisión, que amante de los animales, la adoptó y compartió su puñado diario de arroz  con ella desde agosto de 1942.  Judy intervenía al distraer a los guardias cuando castigaban a cualquier desgraciado. La pointer fue y ha sido el único animal que se haya registrado oficialmente como prisionero de guerra durante la Segunda Guerra Mundial y creo que en ninguna otra. La idea partió de Williams  para protegerla de los guardias, quienes a menudo amenazan con disparar a Judy cuando les gruñía y ladraba al ver que pegaban a un prisionero, al que fuera. Williams logró convencer al comandante del campo de prisioneros, que estaba borracho de sake, sobornándolo con lo poco que pudo recabar entre los otros prisioneros, para firmar los documentos de registro COMO PRISIONERA DE GUERRA, con la promesa de uno de los futuros cachorros de Judy para evitar que la matasen.
El nombre oficial de Judy de prisionero de guerra era '81A, de Medan. Durante su estancia en el campamento,  alertaría a los prisioneros de los focos de los guardias japoneses y también si otros animales como serpientes o escorpiones  se acercaban. También hizo salidas fuera del campamento, cazando ratas, animalillos, serpientes, en definitiva comida que le llevaba a  Williams.  Judy tuvo otro grupo de cachorros, esta vez bastardos, de los cuales cinco sobrevivieron. Uno de ellos se le regaló al comandante del campamento, el más parecido a su madre, como se le había prometido y otro cachorro se pasa de contrabando al campo de mujeres junto con la comida que los hombres guardaban de sus raciones para darlo a ellas. Otro cachorro se regaló a la Cruz Roja en Medan, una cachorra fue muerta a golpes por un guardia borracho y el último se quedó en el campamento después de que  Judy y Williams  fueron trasladados de campamento.
En junio de 1944, los   prisioneros  fueron trasladados a Singapur  en el SS Van Warwyck. No se permitían perros a bordo, pero Frank Williams enseñó a la inteligente Judy  a permanecer quieta y en silencio dentro de un saco de arroz. Al subir a la nave, Judy se metió en el saco y Williams se la echó al hombro para introducirla a bordo. Durante más de tres horas, los hombres fueron obligados a permanecer en la cubierta con un calor abrasador, y durante todo el tiempo Judy  estuvo quieta y en silencio tal y como le enseño su amo, en el saco cargado a las espaldas de Williams. 
Las condiciones a bordo de la nave eran de hacinamiento con más de 700 prisioneros a bordo más la tripulación. El 26 de junio de 1944, el barco fue torpedeado. Williams empujó Judy fuera  por un ojo de buey o ventana del barco para salvar su vida, a pesar de que había más de 4 metros para llegar al mar; después escapó el. Murieron más de quinientas  personas en ese naufragio.
Frank Williams fue recapturado y enviado a un nuevo campamento sin noticias de Judy. Al llegar al campamento empezó a escuchar historias extraordinarias de un perro que llevaba salvavidas a los hombres durante el naufragio, pedazos de tabla o que les  intentaba ayudar nadando junto a ellos. Esos supervivientes a los que ella ayudó la escondieron de los japoneses; al llegar al muelle, fue encontrada por Les Searle que intentó esconderla en el camión donde les obligaban a subir, fue descubierta por un capitán japonés que amenazó con matarla, pero tuvo suerte porque en ese instante se hallaba muy cerca el  comandante del campamento Medan, que tenía un hijo suyo, y se le permitió viajar con Searle en el nuevo campo de prisoneros pues ella era una prisionero de guerra tal y como aseguraba el comandante que firmó esta condición.
Williams tenía la esperanza perdida cuando vió de nuevo a Judy. "No podía creer lo que veía. Cuando entré en el campo, un perro flaco se me tiró al pecho y me derribó! Nunca había estado tan contento de ver a la vieja. Y creo que ella sentía lo mismo! "  declaró después en sus memorias.  Después de cuatro semanas en el nuevo campamento, que fueron trasladados de nuevo a Sumatra  en un barco de vapor para recoger  fruta. Nada más lejos de aquello, pues en su lugar, pasaron un año en Sumatra, poniendo raíles  a través de la selva para la vía del tren. La única ración de tapioca al día, tenía  gusanos, Frank la compartía como siempre con Judy. 
 Ella demostró su agradecimiento a Frank llevándole lo poco que cazaba, alertando a los guardias de tigres o elefantes, o en avisarle cuando había nativos escondidos o entretener a los guardias o simplemente en mirarle con ternura lamiendo sus manos.   Frank acredita Judy le salvó la vida durante el tiempo que pasó allí, "Ella me salvó la vida en muchas maneras. La manera más grande de todos los que me estaba dando una razón para vivir. Todo lo que tenía que hacer era mirar hacia ella y hacia los cansados, los ojos inyectados en sangre de mis compañeros y me preguntaba: ¿Qué le pasaría si  yo muriera? yo tenía que seguir adelante, por mí, por ella ... incluso si eso significaba la espera de un milagro ".  Emotivas palabras de una persona que luchaba para sobrevivir sin olvidarse de su camarada de penurias.


Una vez acabó la guerra en 1945, se dijo a los prisioneros de guerra a permanecer en el lugar que se encontrasen,  hasta que las tropas aliadas llegasen a relevar los japoneses. En esa espera, un brote de piojos llevó a los japoneses a querer matar a la odiada Judy, diciendo que era la causa de ese mal. Williams escondió la perra durante dos días hasta la llegada de los Aliados. 
Judy fue escondida y prácticamente pasada de contrabando a bordo del buque de tropas Antenor rumbo a LIVERPOOL.  Williams, Searle y otros dos exprisioneros cuyo nombre no he podido averiguar,   metieron  en el barco a  Judy evitando a la policía del muelle. El cocinero del barco, muy amante de los perros, la cuidó y alimentó en el viaje al Reino Unido.
Al llegar a casa Williams contó la historia de la perra a sus superiores, y se permitió su entrada tras seis meses de cuarentena en Hackbridge, Surrey, hasta que su dueño , compañero y amigo la recogió para llevarla consigo a Londres  el 29 de abril de 1946.
 Williams recibió la Cruz blanca de San Giles, y Judy fue condecorada con la Medalla Dickin , la Cruz victoria de los animales en mayo de 1946 por el  Su Excelencia el Mayor, Vizconde de Tarbat, presidente de la Asociación de prisioneros de guerras británicos retornados, y fue inscrita como único miembro canino de la asociación. Las palabras del Mayor fueron: "Por el magnífico coraje y la resistencia en los campos de prisioneros japoneses, lo que ayudó a mantener la moral entre sus compañeros de prisión y también para salvar muchas vidas a través de su inteligencia y vigilancia". PRECIOSAS PALABRAS DEL ARISTÓCRATA Y MILITAR, que llegaron a un sinfín de periódicos de los más importantes del Mundo. 
Judi  fue entrevistada por la BBC en los actos de las fiestas de la victoria en Londres un 8 de junio y sus ladridos, ya que ante las preguntas de los locutores solo contestó “Guau -  Guau”,  fueron difundidos a la nación por la radio, como parte del programa En la ciudad esta noche .  Frank y Judy pasaron años después de la guerra visitando a los familiares de los prisioneros de guerra que no habían sobrevivido. Frank Willians siempre decía que sus visitas con la perra llevaban una presencia reconfortante a las familias. 
El 10 de mayo de 1948, la pareja se fue a trabajar en un proyecto  financiado por el gobierno del Reino Unido, con plantaciones de cacahuete en Tanzania.  Hubo que superar grandes dificultades para obtener el permiso de Judy para viajar con su inseparable amo, pero el Evening Standard, difundió la noticia que llegó a oídos del segundo vizconde de Leverhulme, Sir William Lever, que movió todas sus influencias para que la perra pudiese viajar.
  La perra tuvo allí una tercera y última camada de cachorros en África.  Después de dos años en el continente negro,  a Judy se le manifestó un tumor, y  con todo el dolor de su corazón la sacrificó en 1950, un 17 de febrero. Tenía  algo más de 13 años. En su memoria, Willians le realizó con sus propias manos un mausoleo, sobre el lugar donde está enterrada, de granito y mármol, con una placa que relata la historia de la heroica pointer.
El 27 de febrero de 1972, Judy fue recordada en los servicios de la Iglesia Anglicana en Gosport y Portsmouth,  y en 1992 su historia apareció en  un programa de televisión británicos para niños llamado Blue Peter. En el 2006 su collar y medalla fueron expuestos al público en el Museo Imperial de Guerra , en Londres, como parte de la exposición “Los animales en la Guerra”. Fue presentado en el (IWM)por Alan Williams,  un hijo de Frank.

Espero que te halla gustado Pepe.
Rafael Fernández de Zafra
Julio 2014.

Bibliografía: Autobiografía de la página webb de Frank Williams.

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