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viernes, 20 de junio de 2014

FELIPE VI, ¿UN REINADO SIN PERROS?

Felipe VI, ¿un Reinado sin perros?.


Dedicado a mi queridísima Borgia, mi Yorkie, que tanta paciencia tuvo durante su vida con mi sobrina Eleonor Clara Patricia Victoria.

De todos es conocida la abdicación de S.M el Rey don Juan Carlos y la proclamación bajo los auspicios constitucionales y dinásticos del nuevo Rey don Felipe VI de Borbón y Grecia, aunque más bien debiera ser llamado Felipe de Borbón y Schleswig – Holstein – Sonderburg – Glüksburg. Igualmente de muchos es conocida la afición de SS.MM los Reyes de España don Juan Carlos I y doña Sofía por los perros y especialmente por algunas concretas razas.

La Casa Real reinante en España y sus antecesoras desde Carlos V, han sido siempre muy “perreras” dicho desde el término estricto  y con todos los respetos por quien se siente monárquico y es monárquico por tradición familiar.  A esta tradición y vínculos familiares me remito para deciros que todos los Borbones y Reinas de la Casa  de las que me han contado en mi familia, o personas directas que les conocían, o lo poco que yo he conocido, han sido perreros en mayor o menor grado y es lo que os voy a contar.

Don Alfonso XIII como buen Habsburgo era un apasionado de la caza y siempre hubo perros en Palacio, mi abuelo me contaba cuanto disfrutaba S.M cuando alguien le regalaba este o aquel novedoso cachorro de tal o cual perra puntera en la caza y visitaba exposiciones de belleza al igual que pruebas de caza.

De su esposa Ena, la bellísima Reina Victoria Eugenia de Battenberg, podemos hablar largo y tendido. Era una super enamorada de los perros como buena Inglesa que era y le acompañaron hasta en el exilio en Suiza.  Desde luego era famosa por recoger animales abandonados y ser benefactora de diversas asociaciones protectoras, así como espectadora frecuente en los shows españoles y extranjeros. En Málaga un señor republicano e ingeniero de la Renfe, don José Navas, padre de mi queridísima tita “postiza” Araceli y amigos de la familia, consiguió acercarse a la Reina en una de las visitas que hizo a Málaga por mediación de mi bisabuelo y mi abuelo de la rama de los de Zafra y le regaló junto a un gran ramo de rosas y perrillo de aguas negro, sólo por verla, ya que estaba enamorado como un becerro de ella. Al llegar al trío y hacer las presentaciones, le dijo a la Reina : “ El perro y el ramo de flores es un regalo de los tres presentes, dos monárquicos y yo que como soy republicano, le hago este regalo no a la reina, sino a la mujer más bella de España”. Su Majestad agradeció el presente y el cachorro y especialmente al piropeante republicano enamorado tal y como refería mi abuelo. En el exilio igualmente estuvo rodeada de perritos, y algunos teckels, en recuerdo de Jacobo, el perrito del Duque de Alba (Jimmy Stuart, amigo íntimo y compadre de los Reyes) fiel animal que siempre viajó con el padre de la Exma. Sra doña Cayetana, acompañándole en su lecho de muerte cuando este fue vencido por un cáncer de pulmón e incluso regaló uno de ellos a su ahijada la Duquesa de Alba, doña Cayetana, rojo standard y de pelo corto, emparentado con el de su padre en una genealogía entreverada entre las dos augustas Casas, que dejó numerosa descendencia en Madrid entre la buena sociedad. Además tuvo otros perritos normalmente de talla pequeña siete u ocho. Su mayordomo casualmente es vecino de casa y le conocí por su hermana, dulce abuelita que hoy peina noventa y muchos que tenía el spitz más malo, egoísta y mimado del mundo, en el sentido de mordedor. De humilde familia entró al servicio de S.M en Suiza, me ha prohibido decir su nombre, pero me ha contado esto último que os refiero paseando a su actual  vieja y mestiza Schnauzer  mini comprada en el rastrillo. Dice que la Reina no era más buena para los animales porque era imposible. Al ver cercana su muerte, encomendó a sus familiares cercanos la custodia de sus perros y el mayordomo los entregó personalmente. Su recompensa fue el que le colocasen como jefe de los ujieres en la Sede de Naciones Unidas por influencias y disposición de su difunta Majestad amén de otras cosas que no puedo contar.

De don Juan de Borbón he visto alguna foto con un Wolf Spitz color Sable en un coche de muy jovencito, pues su madre doña Ena era como ya dijimos buena inglesa, mejor perrera;  en las visitas de los bellos estíos portugueses, cuando nos acercábamos a ese obligatorio peregrinar del verano a Estoril, a “Villa Giralda,” a visitar a nuestro Rey, a don Juan III y a  la Reina doña María, recuerdo  de modo lejano algún pastor alemán y algún caniche blanco mediano, con derecho a pasear no sólo en los jardines, sino también dentro de casa olisqueando a las visitas que, devotas a la Institución visitaban a la Real Familia. 

De don Juan Carlos y doña Sofía…que deciros …los secretos a voces de la cinofilia española en los años 80 era que S.M el Rey tenía el afijo el “Valle Negro” con el que criaba Golden Retrievers que presentaba en los shows el señor P XXXX junto a los perros de la reina del afijo “Himale de Tso” en lhasa apso, hasta que un señor de Málaga llamado FXXXX precisamente se quejó a la Casa Real de que nunca ganaba por culpa de los Reales propietarios y no se presentaron más perros de esos afijos a los shows. Además de ello Su Majestad el Rey, al que Dios guarde muchos años tuvo algún Pastor alemán que entrenaron prestigiosos instructores
los señores R XXX y V XXX y S.M doña Sofía ha tenido y tiene algún Yorshire de  afamados criadores españoles, algún Shih-Tzu y algún Maltés, además de una perrita chucha mediana de color canela que se presentó en la Zarzuela y fue recogida por su magnánimo corazón, o a Pakita una chucha de pelo duro y tamaño Yorky que adoptó en una feria de animales en la cual era ofrecida por la sociedad protectora de animales y plantas.
No se pierde un Show de los de Madrid y pregunta y saluda y acaricia a los privilegiados que llaman su atención, el brillo de sus ojos le delata, es una verdadera apasionada del perro. Su carismática presencia  año tras año, realza la magia y el glamour del máximo evento cinófilo de España, al que llega del modo más discreto y modesto que puede imaginarse.

Como anécdotas deciros que uno de los golden fue regalado durante el noviazgo de la Infanta con Jaime Marichalar, por el Rey a su madre la condesa de Ripalda y todo ello según el cotilleo de la más ilustre sociedad de la Moraleja que coincidía en el mismo veterinario que  la señora condesa viuda. Otra anécdota es que un niño parapléjico en una de las múltiples visitas que Su Majestad realiza a diversas instituciones ante la pregunta de la Reina de cuales eran sus sueños, le dijo que soñaba con tener un perrito y a la Reina se le iluminó la cara de alegría y sorpresa, ni corta ni perezosa, le envió uno de una de sus camadas, con su chófer y todos los detalles para su mantenimiento  al sentirse conectada con el niño mediante el nexo del perro. Al parecer era un adorable y cariñoso Shih – Tzu manchado de rojo y blanco.


Muchos de estos momentos cinófilos han sido inmortalizados por el cinófilo y fotógrafo español C XXXX.
 Creo que el Real matrimonio  cierra el ciclo de los Reyes de España  vinculados con la cinofilia y ello por lo que os voy a contar.

Dicen los mentideros de la buena sociedad de Madrid y yo no digo nada, sino que presto escritura al verbo que vuela entre el Barrio de Salamanca y la Moraleja, que el  entonces Príncipe de Asturias, hoy don Felipe VI de Borbón y Grecia, poseía un schnauzer mini creo recordar de color negro y plata  o sal y pimienta, pero no negro completo ni blanco, que era su mascota personal. Al contraer matrimonio con la entonces plebeya y hoy morganática consorte Letizia Ortiz, la misma le exigió que el animal saliera de casa. El pobre mini, sobrevivió un par de años y murió viejo y apenado en las perreras de Palacio con las visitas únicas de doña Sofía.

En los mismos mentideros cuentan que tras su boda fueron obsequiados con una pareja de  cachorros de la raza bichón Maltés. Los Malteses al poco tiempo fueron vistos en el Palacio de  Marivent como mascotas de doña Sofía….. no incluyo comentarios más que la morganática consorte, Letizia, no es ni amante ni aficionada a los perros según los dimes y diretes o cotilleos varios de la buena sociedad de Madrid y Palma de Mallorca, que en la Isla también se habla.

 Se acabó la Dinastía cinófila reinante en España ¿nos asaltará una época oscura para los perros como fue la gatuna Dinastía Ming en China? …a ver si a la Princesa de Asturias o a la Infanta, se les antoja un perrillo que sirva de revulsivo anticanino a la anticanina esposa, o a ver si alguna raza es capaz de conquistarla, aunque lo veo difícil  y dicho sea con todos los respetos y al estilo de maldición gitana pero de las de buen ángel .

Rafael Fernández de Zafra.

Junio de 2014.
    


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