Este blog reúne mis artículos (unos publicados y otros no) de investigación acerca del mundo del perro, así como trabajos relacionados con el mundo del derecho y este maravilloso animal. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los mismos salvo autorizacion previa del autor.
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miércoles, 26 de marzo de 2014
LOS FACTORES POTENCIADORES DE LA INJUSTIFICADA MALA FAMA DEL DOBERMANN - Publicado en la revista DCE
LOS FACTORES POTENCIADORES DE LA INJUSTIFICADA MALA FAMA DEL DOBERMANN
Me encantan los detalles, los detalles y su significado, LOS DETALLES Y SUS PORQUÉS, y ¿por qué nuestros adorados dobbis tienen mala mala?. ¿por qué hemos de aguantar que nos miren mal por las calles?
Tema interesante que no puede ni debe tomarse a la ligera y, que en un análisis serio y profundo, despojándome de amores y pasiones por la raza, abordo desde este artículo que pretendo revestir de la máxima seriedad investigadora y desde una óptica lo más científica posible.
Tras estudiar el tema, los factores potenciadotes de la mala fama del dobermann, son por en especial tres:
1) LA PROPIA ESTRUCTURA y COLOR DE NUESTROS PERROS .- vertiente zooantropomórfica
2) LA FILMOGRAFÍA Y LOS LIBROS REALIZADOS TRAS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.
3) LA LEYENDA URBANA. Unión de la ignoracia y los dos factores anteriores.
Primer factor: La estructura y color de nuestros perros.
La estructura de un dobermann es la de un perro ligeramente longilíneo, de musculatura marcada y elegante, realizado en líneas rectas, factor este que se acrecienta con el corte de orejas que le hacen puntiagudo, o le reviste de un factor agresivo que los grafólogos llamamos “rasgos en puñal”. Ello se acrecienta por una elasticidad que provoca movimientos eléctricos a la vista, de gran actividad y normalmente de color negro y fuego, acompañados de una potente voz.
Llega el momento de la cita científica: Desmond Morris, zoologo, etólogo y teórico de la evolución humana, autor de más de 78 libros acerca de hombres y animales, nacido el 24 de enero de 1928, articulista de las revistas científicas más prestigiosas del panorama mundial, dice que el ser humano, se ve atraido por las formas redondeadas, especialmente en los animales (“El mono desnudo” 1976), esa atracción es un arma que esgrime la naturaleza para hacernos mejores padres y cuidar de nuestros bebés, por lo que en múltiples experimentos los osos y los leones – especialmente machos- nos producirán simpatía mientras que los lobos (orejas rectas) nos producirán rechazo. Desde luego no me negarán que un oso gris, es mucho más peligroso que un dobermann, pero la naturaleza intrínseca del hombre, es así. Vide como ejemplo los preciosos peluches de nuestros menores, siendo los preferidos los famosos ositos.
Igualmente, en esos experimentos se ha demostrado que preferimos los colores claros a los oscuros, especialmente en las edades más cercanas de la infancia y adolescencia.
Segundo factor: La filmografía y los libros realizados tras la Segunda Guerra mundial.
Es innegable que, tras la segunda guerra mundial se produce en todo el panorama internacional un rechazo hacia Alemania y todo lo alemán. Ello queda en el subconsciente de un modo ya “quasi” innato en muchos pueblos, y leeremos Francia, Estados Unidos etc…. de ellos y especialmente de este último país proceden el mayor número de películas que se filtran en nuestros hogares, que influyen en el general de las mentes. Los malos son alemanes, y… por qué no, sus perros….. y que mejor perro que el diablo eléctrico de líneas rectas, en puñal, negro de grandes colmillos blancos y voz metálica, pues lo colamos en los libros y los films, que nos darán buenos dividendos.
Ejemplos de ello son los títulos de películas, de dibujos animados, de libros…..que recuerdo o he refrescado bebiendo de mis archivos. Lean y pasmense:
La famosa serie de películas como La Banda de los Dobermann - 1972 - , El Clan de los Dobermann – 1976 – y otras aberraciones del mismo director, series B que hicieron un irreparable daño a la raza, popularizándola entre gentes poco recomendables. Otras son Diablo, de Burke, basado en las novelas de Andrew Vachss ó Las llaves del sino, 1966, donde se les llama “el perro del diablo”.
No podemos olvidar los dobermann de “los niños del Brasil”, de Schaffner, protagonizada por Gregory Peck, del año 1978, , la película “Dobermann” – 1997- dirigida por J. Kounan, de Francia, o las ultimas burradas respecto a nuestros dobbis, que influyen en la mente de la chiquillería cuando ven dibujos animados, como “los Simpsons” donde los perros del señor Burns, son dobermanns fieros y sin expresión en los ojos, o el Film de animación “Oliver & company” cuyos malos como carteristas y trileros son dobbis, al igual que, para finalizarse vemos “Un Chihuahua en Beverly Hills” el malo y despiadado, amén de tonto es un dobermann eso si, siempre en negro y fuego.
Nuestros perros, que parecen un adorno sin importancia en esas películas a guisa de “malos malosos” han sido gravemente perjudicados por la industria cinematográfica mundial y especialmente por la norteamericana que, intentando borrar un pecado, aunque sin restar fiereza a la raza pone al dobbi de BUENO en el film “Ojos de Angel”, dirigida por Harmon en el año 1991 y protagonizada por J. Travolta y un dobermann, negro y fuego de nombre “Trípoli” en la vida real, exquisitamente bien entrenado (para mi descargo os aclaro que ví la película por el perro s.i.c).
Tercer factor: La leyenda urbana.
Este tercer factor no es menos perjudicial que los anteriores, pues los aúna en uno.
¿Quien no ha escuchado… “leí en un libro que a los dobermanns les crece el “selebro” y se vuelven locos de viejos y hay que matarlos” o “ ese perro asesino que crearon en un laboratorio alemán los nazis, y los usaron en los campos de concentración….” En fin cuantas barbaridades.
“Miente, miente, que algo queda” reza el popular refrán español. Pero vamos a desmontar ete último extremo con documentación el la mano. El crecimiento del cerebro es imposible tras el desarrollo completo del perro, lo más una tumoración que hace presión sobre la masa cerebral y el cráneo, y para ello hay veterinarios que pueden informar mejor que yo de estos extremos, así que una carta más que quitamos a la mala fama.
Lo del laboratorio…. Imposible por dos hechos históricos, la fecha de creación y el propio creador de la raza Carlos Dobermann y a los datos que todos conocéis me remito. El creador no era nazi, pues el nacional socialismo como idea surgue en el siglo XX y Herr Dobermann muere a finales del siglo XIX; otra carta menos.
Lo de que lo usaron los nazis….. bueno, hay mucho que explicar. El primer dato es que si bien se funda un cuerpo de élite dentro de la Alemania nazi vinculado al ejército, como el K- 9, este basa su entrenamiento preferentemente sobre la élite del perro en ese país, que se consideraba era el PASTOR ALEMÁN, de hecho fue una raza muy promocionada por Hitler, que durante su mandato poseyó tres ejemplares : “Blondi”, su preferida, “Wolfi”, un hijo de ella y “Muck” un regalo que le hizo Graf.
Los perros usados con preferencia pues en la Alemania nazi fueron los siguientes: El Spitz lobo, como perro de enlace – mensajería – y guardia (por ser más escandalosos que fieros), los pastores alemanes, como perro de rastro y guarda, que disfrutaron de ser la élite del K.- 9, con promoción de la cría, selección y entrenamiento de los mismos y el rottweiler, como perro de presa y guarda, por su fiereza. En los últimos tiempos se usaron algunos dobermann, al final de la guerra, ante la escasez de perros, ya que su uso tradicional era como perro de guarda de recintos cerrados y de ganado de gran talla (lease caballos, vacas etc…) y en la Alemania nazi, se les consideraba poco versátiles.
Esto último me lo confirmaron amigo de mi familia o familiares directos que participaron en la contienda contra Rusia, en la “División Azul” española, y muchos de ellos me argumentaron que, “era imposible que un dobermann, que es un perro de pelo fino, aguantase las duras condiciones del invierno ruso, como perro del ejército alemán”. Además de ello, preguntándoles donde habían visto perros de esta raza, me comentaron que “normalmente en ciudades, almacenes y en labores de guarda de caballos o vacas”.
El dobermann un ser grande y poco longevo, un don divino que nos fue regalado, es el eje de nuestra pasión, pues le conocemos bien y sabemos de su pesadez por su cariño y de su nobleza por su trabajo. Su símbolo hermético, de representación órfica (su imagen hunde sus raíces hasta los infiernos en forma de negro cancerbero), de líneas rectas y punzantes, vinculado gracias a la ignorancia general a gentes del hampa, violentos y nazis, es denostado por quien no lo conocen, y por ello la razón de este artículo, para desmontar y cortar todo ello, cubriéndolo con el paño blanco de la nobleza.
Por tu gran espíritu, mi dobbi.
Rafael Fernández de Zafra.
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