Este blog reúne mis artículos (unos publicados y otros no) de investigación acerca del mundo del perro, así como trabajos relacionados con el mundo del derecho y este maravilloso animal. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los mismos salvo autorizacion previa del autor.
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sábado, 5 de abril de 2014
UN PERRO HEREDERO DE LA MESTA
UN HEREDERO DE LA MESTA EN AMÉRICA :
EL PERRO DE MUCUCHIES
(Perro Gocho, Paramero, Nevado o Mucuchíes)
En uno de los destinos de mi abuelo, tuve la suerte de vivir una corta temporada en Venezuela, allí conocí esta maravillosa raza que estuvo muy en boga en el periodo de los años 60 – 80 del pasado siglo, entre las familias de clase alta venezolanas. La familia Rey – Lesaca tenía un magnífico ejemplar blanco de cabeza manchada en negro, “Capi” famoso en el barrio de las Mercedes de Caracas por su nobleza y fiereza.
Mi abuelo el gran cinófilo devorador de razas rápidamente se hizo con uno, y fue hasta los Andes a buscar un ejemplar a esa región de Mucuchíes …. un ejemplar digno de figurar en sus perreras….de ahí surge este artículo y mi amor por esta raza hoy casi extinta.
HISTORIA
La denominación de Mucuchíes viene del año 1926 cuando la raza es redescubierta en su país natal.
Esta raza surgue en la región que lleva su nombre y tiene dos preciosas versiones que se pierden en la noche de los tiempos; una versión lógica es que en el siglo XVIII, SM don Carlos III de España, autoriza al hidalgo don Vicente del Pino, de la Villa de Mucuchíes,no sólo a ser miembro del Real y muy Honrado Concejo de la Mesta sino también a llevar una punta de ovejas merinas con varios ejemplares de Mastines de procedencia Pirenaica, pues las ovejas venían de esa zona, a fin de cuidar sus rebaños de los perros asilvestrados, pumas y otros animales considerados alimañas por aquellos entonces. Estos perros se asentaron en la hacienda de Moconoque, situada en el páramo de Mucuchíes.
Otra versión es que en el siglo XVI los monjes dominicos y agustinos de la ciudad de Mérida y los páramos colindantes, fundan la villa de Mucuchíes y a través de la compañía Guipuzcoana, llevan ovejas merinas que iban acompañadas de algunos ejemplares de mastín de la zona pirenaica, pues la raza en esos entonces no estaba definida como tal.
Producto de esa consanguinidad y ese aislamiento, de la nueva alimentación, el nuevo hábitat, añadiendo a todo ello una férrea selección por los descendientes de aquellos hidalgos, basada en la utilidad, surge el Mucuchíes.
La fama del Mucuchíes viene precisamente por don Vicente del Pino, que regaló un ejemplar llamado “Nevado” al libertador Simón Bolívar en el mes de junio de 1813. Don Tulio Febres inmortaliza a este perro relatando en una leyenda histórica el encuentro de este ejemplar con Simón Bolívar. Siendo cachorrón, ni se amendrentó, ni acobardó ante los militares cargados de armas….el prócer se enamoró de su valentía y don Vicente no tuvo más remedio que regalárselo. También conoció allí al indio Tinjacá, ambos se fueron con él Y FORMAN PARTE DE LA LEYENDA DE VENEZUELA.
“Nevado” lo acompañó en innumerables batallas y le salvó varias veces la vida, luchando en varios países contra el Imperio Español. Llegó a ser secuestrado por el ejército relista y el perro se fugó y se reencontró con su dueño. Murió en la batalla de Carabobo atravesado por una lanza española el 24 de julio de 1821, a 120 kms al oeste de Caracas, lugar que dio la independencia de España a ese país.
Existe un monumento a Bolívar y a Nevado en Mucuchíes, que inauguró Su eminencia el Cardenal Quintero, un apasionado de la raza.
SU RECUPERACIÓN
Hubo un gran intento de recuperación de la raza en los años 60 encabezado por el nieto de don Vicente, don Benjamín y don Salomón Villareal en Apartaderos, declarándose raza nacional por el Ministerio de Agricultura, creándose una Sociedad de Recuperación y un criadero en la finca de origen de la raza, a cargo de los doctores Rodolfo Santiago y Carlos Ortega, pero cayó en el olvido.
Actualmente la Funev (Fundación Nevado), fundada a instancia de Hugo Chávez por la Ministra Titina Azuaje, mantiene un pequeño grupo de cría en el Sistema Teleférico Warairarepano en el Parque Nacional “El Ávila”, de escasos resultados, debido al escaso números de ejemplares, su pequeño tamaño y la endogamia de los mismos.
Y aquí acaba o comienza la historia de un tesoro de la cinofília mundial, tan vinculado con España, de ojos pardos, color pintado, dulce expresión, bravo carácter, pelo semilargo y movimientos felinos….. que en otros tiempos conoció el privilegio de ser el poderoso guardián de los rebaños descendientes de las mesteñas españolas allende los mares.
Añado que en este año de 2014 le han regalado un ejemplar a la Presidenta de Argentina.
Bibliografía:
Revista Perros, Venezuela 1990
Archivo personal don Carlos Rodríguez Gutiérrez
Archivo personal R.F de Zafra
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