GAETANO, EL PERRO
HUMANO: LA BELLA HISTORIA DE UN PERRO DE BARRIO DE LA ISLA DE SICILIA .
Dedicado con todo
mi cariño y amistad al Dott. V.G Mancuso.
Existe todavía en
multitud de ciudades italianas, especialmente en el sur, el generoso sur, (donde
siempre hay un plato de comida para agasajar a un amigo o dar de comer a un
animal) la figura del perro de barrio,
del “cane di quartiere”, figura que me dio a conocer mi gran amigo el doctor Vincenzo Gianluca Mancuso reviviendo
mis vivencias de muchacho, cuando visitamos a la gordísima y vieja “Palla” (Balón o Pelota) vieja mestiza grande amiga de
los gatos, las palomas y las personas cercanas al supermercado del barrio. “Palla”
fue amiga mía, Al principio era considerada “molesta” por el dueño del
supermercado hasta que un día fueron a robar ese comercio…ese lugar mágico de
donde salía la rica sasizza siciliana y el salame casero… la gordísima mestiza
defendió el lugar, el comercio, la caja de las delicias, de esos ladrones que creían que la obesa perra
era inofensiva. Los puso en fuga con grandes gruñidos, mordiendo, correteándoles
en una breve y asfixiante carrera y
desde entonces, en la puerta del supermercado tuvo una casita que le hizo el
dueño con sus propias manos para protegerla de las inclemencias del tiempo. La
generosa “Palla” compartía los platos de rica y humeante pasta y los pedazos de
pizza de los que era golosa con los gatos y las palomas de la “strada”, un
espectáculo digno de ver en una isla en la que sorprendentemente todo bicho
viviente “mangia pasta” .
La vieja “Palla”
murió, ciao “Palla”, te veré en el arco iris y te llevaré si Dios lo permite
unas salchichas de las de tipo “Wurstel”, que tanto te gustaban.
Esta figura se perdió en España y,
especialmente en el sur, hace muchos años, donde las leyes humanas crueles y
despiadadas, las leyes del superpredador, que prohíben dar comida a los
animales en la calle….. se olvidan del viejo dicho andaluz “Salvo su vida por
darle agua a un perro”, referido a que a la caridad la recompensa la vida con
un duplicado efecto boomerang.
No hay que irse a buscar monumentos dedicados a perros muy especiales en Escocia a "Bobby", al Japón a "Hachiko" o al Canadá a "Balto". En
el Mediterráneo también los hay, os puse por ejemplo a la andaluza ciudad de Cádiz con su placa en bronce y calle dedicada a "Canelo" y hoy os traigo
como otro bello ejemplo a la siciliana Lentini, en Siracusa.
Hay un bella y pequeña ciudad en Sicilia interior que se llama
Lentini sita en la provincia de Siracusa ; ciudad muy antigua, ciudad natal de
Gorgias el filósofo retórico, o del médico Heródicus, que fundamentó sus
escritos en las bases hipocráticas, en
esta ciudad tan antigua como los tiempos, hasta el año 2010 vivió Gaetano, un chucho que durante más de 10 años siempre libre, en el
barrio del centro, fue un amigo para
todas las gentes de allí. De donde venía Gaetano?
El perro fué rescatado a finales de 1999 por la gente del barrio de
buen corazón, sus orejas habían sido arrancadas y estaba medio muerto a palos. Se
recuperó, prosperó, engordó con generosos platos de pasta y en su canino
entender quiso, tras recuperar la confianza
en el ser humano, el devolver ese ciento por
uno, de modo en que se convirtió en un verdadero
ángel que velaba por la pequeña ciudad, convirtiéndose en su
guardián. Gaetano era un perro callejero mestizote que recordaba a un pastor
alemán, de ojos color miel, dulces y melancólicos que llegó a ser un activo conciudadano, de
gran espíritu fraterno y solidario.
Gary,
Gaetano, llegaba hasta el último rincón
de la ciudad, acompañaba a sus paisanos
recién nacidos en la alegría del bautismo e igualmente a sus paisanos
fallecidos hasta el cementerio en su último viaje terreno, igualmente lo hacía
en las bodas; asistía a todos los eventos públicos o privados atraído por la
presencia de sus paisanos que no le vetaban la entrada a lugar alguno,
mostrando devoción especial con motivo de la festividad del Patrón San Alfio,
durante la cual, seguía la santa misa en
la Catedral, acompañando en la cabecera de la procesión junto a las autoridades
de la ciudad o en la inauguración de la Feria del Naranjo.
Así
mismo acompañaba a los ciudadanos ancianos al
cajero automático o a los bancos; era
un asiduo espectador del estadio el
domingo para ver desde las gradas en los partidos de fútbol del equipo local;
uno de sus lugares preferidos era la Plaza de los
sofistas y la estación, a recibir a los
vecinos viajeros por su trabajo, y algunos martes tomaba el autobús pues los
chóferes eran sus amigos, para ir a la ciudad cercana de Carlisle a ver a un
carnicero del mercado, también amigo
suyo.
Gaetano
se domicilió en la Comandancia de la Policía Municipal, allí siempre le
preparaban comida y refugio contra el
frío del invierno y la calina del verano, allí bajo la rojigualda bandera de la
Tinacria fue mimado y querido por policías y bomberos, quienes lo consideran
como a otro compañero e incluso le regalaron un uniforme con arnés de la
policía de tráfico, con el que lo vestían en las fiestas más solemnes. Llevaba
al cuello un collar con colgantes entre ellos la medalla que el Ayuntamiento le
había otorgado como perro del vecindario y "Embajador de los perros
callejeros". Maestro de ceremonias, policía de tráfico pues ayudaba a los
agentes, devoto del Santo patrón, confidente, guardián, vigilante, amigo de
todos también acompañaba a los chicos al colegio o al instituto a la entrada
y/o a la salida, pues se dividía en un increíble todo para todos. Todo ello, y
el cariño de los lentinesi, llevó al Ayuntamiento a librar un pequeño
estipendio para sus vacunas, veterinario, baños y cuidados; él lo recompensaba
a todos con su rabo siempre en movimiento, sus dulces ojos, sus lametones y su
siempre eterna presencia en toda la pequeña ciudad.
Un
día Gaetano fue echado de menos, no se le veía por las calles, no fue a ver a
los muchachos , no fue el martes al autobús…toda la ciudad se movilizó desde el
primero al último de los lentinesi. Agotado y viejo se apartó de la ciudad y de
sus amigos para morir sólo, en un nuevo acto de generosidad, para no molestar a
nadie, cerca de un centro comercial, 28 de enero de 2010. Se le practicaron
pruebas por parte de la Asociación protectora;
Gaetano había muerto de causas naturales el 20 de enero, el mismo día de San
Sebastián, patrón de la policía de tráfico y de los conductores.
La
ciudad conmocionada se llenó de obituarios publicados en las paredes, ante la
muerte de tan querido paisano e incluso el alcalde escribió una carta abierta como despedida .
Dejó
un gran vacío en la
ciudad, por ello la iniciativa del señor Piergiorgio
( que recuerda siempre las visitas de Gaetano al stand de la Protectora de
animales) erigir un monumento a su memoria, se recogió con entusiasmo, para hacer que siempre estuviese entre los vecinos
que tanto amó. Para
este proyecto ha movilizado a toda la ciudadanía, coordinado por la asociación
local de derechos de los animalesPACE,
y dos años más tarde, en mayo de 2012,
el monumento ha visto finalmente la luz gracias a numerosas donaciones de los
ciudadanos. El
lugar elegido, la Plaza de Taormina, por considerarse digna de albergar el monumento para el que sus conciudadanos
llamaban cariñosamente Gary o Gaetano, el perro Humano. La estatua de bronce
que reproduce las características idealizadas de Gaetano - cuyo arcilla fue realizada por
Luana Peregrini de Roma - que la hizo gratis en arcilla para después
poderla fundir en bronce , está sobre un
pedestal cubierto de placas conmemorativas, dedicatorias, los nombres de los artesanos
y trabajadores locales que trabajaron
gratis para realizar esta estatua y donantes o portadores de huchas que
recaudaron la generosidad que el sembró durante sus diez años de
dedicación a los ciudadanos; la
ceremonia de inauguración en la céntrica plaza de Taormina que también fue rehabilitada
gratis, sin coste alguno para el Ayuntamiento, comenzó más de 20 minutos tarde…toda la ciudad
quería estar con su querido perro de barrio, el querido Gaetano, el sempiterno
amigo de la ciudad, un símbolo perpetuo de Lentini. -
Rafael
Fernández de Zafra
Julio
2014.
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