ORIGEN DEL TRABALENGUAS "EL PERRO DE SAN ROQUE"

“EL PERRO DE SAN ROQUE NO TIENE RABO PORQUE RAMÓN RAMÍREZ SE LO HA CORTADO/ROBADO” ORIGEN DEL TRABALENGUAS Y OTRAS INTERESANTES ANÉCDOTAS .

Tras el descanso estival vuelvo a publicar en mi blog de nuevo, como siempre, artículos para leer de perros. Me gustaría publicar más a menudo, pero el hacer las cosas bien requiere su tiempo, y ya dicho lo dicho vamos a lo nuestro, a leer de perros.  Gracias.

San Roque es  un santo de una inmensa devoción popular especialmente en muchos pueblos de España debido a que es el protector de las enfermedades que producen llagas y de la terrible peste, pero además de eso ¿Cuántas veces habéis repetido la famosa frase, en una de sus versiones o cuantas veces la habéis cantado? ¿Qué hay de verdad en ella? Todas estas cosas y algunas más os voy a descubrir  en este artículo  no sin antes haceros una breve biografía del Santo.

Vida, obra y milagros de San Roque.

El texto más fidedigno que narra su vida es el “Acta Brevoria”, escrito anónimo posiblemente redactado en la zona de la Lombardía sobre el 1430 por el noble Pallastrelli, amigo del Santo. Según Martirià Brugada, sacerdote gerundense.

Roque nació sobre el año de 1.300, hijo de Juan y Liberia, en la ciudad francesa de Montpellier, que entonces pertenecía a la corona de Aragón y al reino de Mallorca . De familia noble, su padre era el gobernador de la ciudad,  el nacimiento de Roque fue fruto de un voto hecho por sus padres que no podían  tener hijos. Huérfano a los 20 años,  vendió toda la herencia familiar para entregarla a los pobres inspirado en la cita del evangelio de  San Mateo que dice: “Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en el cielo y luego vente conmigo”. Tras ello empezó a peregrinar a Roma en la época de la Gran Peste, que asoló todo el mundo civilizado.

En la Toscana,  se hospedó en la ciudad de Acquapendente y, en el hospital, atendió a todas las personas que estaban infectadas de la peste, logrando, curaciones admirables e inexplicables. San Roque tenía nociones de Medicina pues estudió algún tiempo esta disciplina en Montpellier, que tenía Universidad ya en el siglo XIII. Se cuenta que en la ciudad italiana de Cesanea, antes de llegar a Roma, nuestro santo curó a un cardenal, y que este lo presentó luego al Papa.

La gente al verle enterrar a los muertos, dar la extremaunción a los moribundos y curar a los enfermos, exclamaban a su paso “ahí va un Santo”

Al regreso a su ciudad, pasó por Rímini, predicando el evangelio y  curando de la peste a tantos como podía. Recordemos que la peste negra en esos años asolaba Europa proveniente de China. El contacto con los infectados, le contagió, enfermando en Piacenza  y refugiándose en el bosque para no contagiar ni molestar a los vecinos de ese lugar.

En ese bosque  recibía cada día la visita de un perro que le llevaba un panecillo o mejor dicho una rosquilla de pan. El animal lo cogía cada día de la mesa de su amo, un señor de la baja nobleza, de buenas rentas y de nombre Gottardo Pallastrelli,  que siguió a su perro hasta San Roque que se encontraba pobre y moribundo.

En ese lugar nació un manantial para aliviar la abrasadora sed del enfermo.

El perrito, por las descripciones que de él hasta nuestros días han llegado,  era una especie de español bretón, más pequeño y paticorto, blanco y naranja y de nombre Melampo.

Sorprendido por la caridad de su perro que lamía las heridas y llagas al enfermo, se lo llevó a casa y cuidó de él Gottardo, tras escuchar el evangelio de labios de San Roque, le acompañó y peregrinó con él. Ya curado,  San Roque,  en el norte de Italia, en el pueblo Angera, a orillas del lago Maggiore, cuando volvía a Montpellier, unos soldados, acusándolo de espía, lo arrestaron. Murió en prisión entre los años 1376 y 1379, unos dicen que en esa ciudad y otros que en el propio Montpellier. Algunos cuentan que tenía 32 años de edad y que tenía una cruz de color rojizo en el pecho desde su nacimiento. La leyenda cuenta que al morir quedó una tabla luminosa en su celda que decía: “ los que tocados de la peste invocaran a mi siervo Roque, se librarán por su intercesión de esta cruel enfermedad”.

San Roque perteneció a la Tercera Orden de los franciscanos, una rama de esta congregación reservada a las personas laicas que quieren vivir bajo la espiritualidad de San Francisco de Asís. Así lo reconoció el Papa Pío IV en 1547.

El culto y la devoción

La documental acerca de Roque es confusa, debido al periodo de la gran peste donde se recabó, ello es tan cierto como que la misma peste hizo que la devoción hacia él creciese de un modo muy rápido. En 1477, en ocasión de otra epidemia de peste, se fundó en Venecia una cofradía dedicada al hospedaje de enfermos de peste y que fue conocida como Confraternità o Scuole di San Rocco. Desde esta agrupación se fomentó la devoción al santo construyendo capillas y más centros de acogida por toda Europa. Una de las iglesias conocidas que le están dedicadas es en París, muy cerca del museo del Louvre, que hizo edificar Su Majestad Luis XIV en 1563.

Desde finales del siglo XIV, se convierte en uno de los santos más populares para pedir su intercesión ante Dios. Es el abogado por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias. El Papa Gregorio XIII lo declaró santo en el siglo XVI y en muchos pueblos y ciudades lo veneran con gran devoción  pues los vecinos de pueblos y ciudades lo invocaban  y hacían los llamados “voto de villa”, un acto que consiste en hacer una promesa al santo si éste les concede una petición erigiéndole una capilla en su honor o una figura del mismo.

Los dos principales templos de todo el mundo dedicados a San Roque están en Montpellier y en Venecia, a parte del ya mencionado de París. También en muchas poblaciones hay pequeñitas hornacinas con la imagen del santo que en forma de capillitas están instaladas en las calles, ejemplo de ello son tolox y alhaurín el Grande que tiene incluso una verdadera reliquia del Santo, enviada desde el Vaticano .

Tradiciones

Según el “Costumari Català” de Joan Amades, hasta hace unos 150 años, en la ciudad de Barcelona, se tenía una gran devoción al perro del santo. El día después de la onomástica de San Roque, se llevaban velas a los templos dedicados al perro de  San Roque. Se le dedicaban canciones y oraciones, permitiéndose la entrada de perros en las iglesias ese día en la ciudad condal. La leyenda catalana cuenta que el día de  San Roque su perro visitaba la ciudad  y espantaba a los perros infectados de rabia para siempre.

De esta época es el dicho : “Quien maltrata a un perro, se atrae toda la antipatía de San Roque para siempre”.

Leyenda, Trabalenguas y anecdotario curioso.

Era el campo de Gibraltar conocido por las grandes epidemias de peste, viruela, tifus y fiebre cerebral (meningitis). Hubo una muy virulenta alrededor de 1885 en San Roque (Cádiz), y los fieles devotos del santo acudían a la ermita que sobre la ciudad se encumbra. Allí vivía un santero de nombre Ramón Ramírez que vendía oraciones y unos polvos que entre otros productos incluía rabo de perro seco y rallado, para proteger de ese mal que asolaba esa preciosa comarca…..el negocio acabó con los rabos de los perros de la ciudad y sus alrededores. De ahí viene el trabalenguas que todos hemos repetido alguna vez. 

En la glorieta de cuatro vientos, de esa ciudad desde 1998 San Roque y Melampo tienen su estatua homenaje realizada por el artista  Victor Quintanilla.

Como anécdota curiosa os diré que la figura que se conserva en la ermita de San Roque, procede de Gibraltar y acompañó a los españoles que allí vivían a su cercano exilio.

Onomástica y patronazgo

San Roque es el abogado por excelencia contra la peste y  las enfermedades que llagan el cuerpo y de las epidemias. San Roque además se ocupa de los perros, por el especial vínculo que le une a ellos, y por ello es su santo protector. Se le reza para que los ampare y evite el abandono y el maltrato. La onomástica es el 16 de agosto por ser la que se cree más próxima a la fecha de su muerte el 15 de agosto día de la Asunción, según es tradición.

Creo que le hemos sacado jugo a una sola frase, no?

Rafael Fernández de Zafra.

Septiembre de 2014.