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lunes, 31 de marzo de 2014

EL OTRO HITLER por Rafael Fernández de Zafra - publicado en Todo Perros

“ El otro HITLER” Hitler, queramos o no ha sido uno de los grandes protagonistas del siglo XX, y estudiando sus diversas biografías, escritas por sus defensores y sus detractores, descubrimos a una persona amante de los animales, vegetariano, promotor de leyes contra la caza en Alemania, contra el maltrato animal, a favor de los derechos de toda la naturaleza, promotor de grandes repoblaciones de bosques auctóctonos, con cartillas de racionamiento incluso durante las peores épocas de la II Guerra Mundial…….a un hombre de gustos sencillos y austeros en lo íntimo pero de gran pompa y boato en lo externo. Sus biógrafos, colaboradores, defensores y detractores coinciden en algo: este amor de los animales estuvo inspirado en la lectura de la obra del filosofo Schoppenhauer y la biografía de Richard Wagner, y especialmente el amor a los perros. Desconcertante……… Tras diversas lecturas de innumerables biografías del dictador, Hitler se nos presenta como un gran amante de los animales y especialmente de los perros. Hay deliciosos pasajes referidos a sus perros recogidos por diferentes autores que sorprenderán al lector, y a ellos haremos referencia en este artículo. El primer perro verdaderamente suyo, fue un Jack Russell Terrier, blanco con una mancha en la cabeza, lo cogió en enero del año 1915, cuando persiguiendo a una rata desde las trincheras inglesa entró sin querer en una trinchera alemana. El entonces sargento del ejército alemán lo cogió y lo mimó, dándole lo poco que tenia para comer especialmente bizcochos y chocolate para que no echase de menos a los ingleses y a hablarle en una jerga medio alemana, medio inglesa a fin de acostumbrarlo a él. Con el tiempo se volvieron inseparables. Folx era como buen Jack Russel bravo y pendenciero, siempre estaba cosido a mordiscos de perros más grandes que él y gozaba de popularidad entre los compañeros de armas del futuro Fürher, pues le enseñaron multitud de trucos y era el pequeño bufón de la soldadesca. Se lo robaron en Colmar, probablemente un ferroviario que le propuso comprarlo en la bonita cifra de 200 marcos alemanes de la época. El ferroviario era el encargado de dar entrada y cerrar los vagones de los soldados, al bajar en Harpsheim se dio cuenta que el perro habia desaparecido. (Kart Lanzhammer, compañero de trinchera de Hitler). En el invierno del año 1921 - 22, le regalaron un macho de pastor alemán adulto, su nombre era “Wolf” de color negro y fuego. Fue uno mas de sus perros pero del mismo no se habla mucho, pues solo se refería a él por la pena que le causó que el animal echase de menos a su antiguo dueño. Este fue el segundo perro del afamado dictador. (A.Zoller) Antes de tomar el poder, relata su secretaria personal…que le regalaron una cachorra de Scotthist Terrier, negra, de nombre “Burly”, que le divertía mucho, pues jugaba mucho con ella. Mordisqueaba los expedientes y jugueteaba entre los sillones de su despacho, aunque el Fürher nunca jugaba con ella delante de los extraños. Esta perrita fue junto a un macho que posteriormente compró, la inseparable pareja de Scottihs que aparecen siempre junto a su novia Eva Braun. ( la secretaria de Hitler) A primeros de los años treinta llega su tercer perro, esta vez una pastor alemán, de las del plan de cría organizado por el Estado alemán, su nombre era “Blonda”, pero Hitler la llamaba cariñosamente “Blondi” . Esta perra acompañó a Hitler hasta sus últimos días en el Bunquer y mandó envenenarla para que no sufriera penurias y no callese en manos de sus enemigos. Descendiente de esta famosa perra, y cruzada con un macho que también le obsequiaron de nombre “Muck”, regalado por Graf , según testimonia el amigo personal de Hitler , August Kubicek(“Yo fui amigo personal de Hitler”), nace el famoso “Wolfi”, uno de los últimos perros que poseyó el Fürher Canciller alemán y que murió junto a su madre Blondi, y del mismo modo. Existe documental grabada respecto a esta camada y a los paseos de Adolf Hitler junto a sus perros, especialmente en su residencia en las montañas, donde se retiraba a disfrutar de la naturaleza y de los animales y especialmente de sus perros, radicada en Obersalzberg ( Herman Göering). “Wolfi” fue retirado pronto de su madre y criado personalmente por Hitler, y según n os relata su secretaria en el libro “Hitler” de Allan Bullock, le prodigaba infinitas caricias, en el box de su madre, pues la perra parió en marzo, casi al final de la guerra, fechas en las que encontraba consuelo en compañía de sus perros. Albert Sperr nos explica en el libro “ Mis memorias” que el perro de pastor alemán desempeñó un gran papel en su vida y que le comentó personalmente lo siguiente: “Herr Speer, llegará un día en el cual solo tenga dos amigos: la señorita Braun y un perro de pastor alemán.” Y a partir de esta frase, les dejo con su opinión, esperando haber satisfecho una vez más, la curiosidad cinéfila de los lectores de la revista.

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