Foto de 1867
EL TERROR DE LOS ESCLAVOS:
EL DOGO ó MASTÍN DE CUBA.
Hubo en casa un lorito real,
tan viejo como los tiempos, de frente blanco sucio, garganta y buche rojo como
la sangre y el resto verde esmeralda, venía de Cuba y entró en la herencia que
a mi abuela Isabel entre otras cosas y propiedades le dejó una tía bisabuela
mía en la Isla más bonita de todas las provincias Imperiales de Ultramar.
Hablaba mucho y contaba más del siglo, llamaba al ama, al amo, a la morena, al
moreno, a la mami, a la yaguasa, a los perros…. especialmente a un tal
“Bocanegra” y pregonaba papelón, maní, huevos a real el par ( güevos arrrrralparrr ) y otras voces lejanas que en casa traían la
nostalgia de lo perdido en la Isla.
El lorito real o cotorra
cubana (amazona leucocephala) es una raza que sólo se da allí. Murió cuando yo
andaba por los 12 años. Muchas veces las charlas de la familia desembocaban y
desembocan en él y en sus gracias a pesar de hacer años de su muerte. Un día le
pregunté a mi abuela, a mi mamá Isabel ¿Qué perro era ese “Bocanegra” y mi
abuela desde su mecedora, tan señorial, en su luto perpetuo, con cabello de
color plata y dulce voz me contó lo que
os voy a contar y que tras investigar también os voy a completar.
La familia poseía entre otras propiedades un
laboratorio de farmacia en la Habana y allí
en las afueras un Ingenio de “cañadú” léase caña de azúcar. Mi tío
bisabuelo don Manuel el farmacéutico andaba siempre entre negocios de un lugar
a otro, de la Habana al Ingenio y de Cuba a
España y, para proteger a la tía bisabuela Leopoldina le llevó desde un pueblo
llamado San Felipe y Santiago del Bejucal, a medio camino entre la capital
cubana y Batabanó, un perro Dogo de Cuba, de color rojo, hocico negro, ojos
amarillos y orejas cortadas, que le compró a unos señores marqueses que criaban
de estos perros para hacer de guardianes en las plantaciones de café, tabaco y
caña. Los de estos marqueses eran muy famosos por su fiereza y arrojo y por
ello lo compró. La abuela lo conoció y me decía: “era casi tan grande como un
mastín, muy frío y desconfiado con los extraños, sus ojos eran amarillos como
el cobre, siempre andaba cerca de mi tía, pero cuando venía mi tío solo tenía
ojos y halagos para él. Pobrecito el negro que se le cruzara en su camino, eran
perros de esclavos y los usaban para cazar
a los que se fugaban de su amo. Se echaba al fresco en los escalones de
la entrada de casa de tía Leopoldina, con un ojo cerrado y otro puesto en ella ”.
Todo ello movió mi
curiosidad cinófila y os voy a relatar
lo que he podido averiguar de los dogos de Cuba a fin de comprobar los datos
del relato que me contaba mi abuela y ver si eran ciertos o no y,
sorprendentemente eran muy ciertos y veraces y son los que a continuación os
expongo:
·
ES VERDAD LO DE LOS MARQUESES : El primer Señor y Marqués
fue don Juan Núñez del Castillo y Piñero, natural de Almuñécar, en Granada, por
haber fundado en 1711, , la ciudad de San Felipe y Santiago en cuatro
caballerías de tierra de su corral denominado “El Bejucal”, situado a seis
leguas de La Habana y ocho del surgidero de Batabanó, cuyo Señorío iba unido al
título de marqués de San Felipe y Santiago, que se le otorgó el 30 de marzo de 1713, , pero éste falleció el tres de
enero de 1724, sin haber sacado el correspondiente Real despacho de
marqués de San Felipe y Santiago, adelantado y justicia mayor de la ciudad de
este título, cuya denominación eligió por ser el nombre de pila de Su Majestad
don Felipe V y de la ermita Santiago, que existía en el antiguo caserío de la comarca: este fue
el primer Señorío de Cuba, vinculado y con vasallos. El título de esta Casa nobiliaria sigue vivo y vigente en
España.
En esta villa de Bejucal, se había creado un perro
cruzado que era llamado “perro de los esclavos”, también llamado mastín cubano
y más mundialmente conocido como dogo de cuba, resultante de la mixtura o cruza
entre el bloodhound, el dogo o alano
español y el mastín español, estos dos últimos demostraron bravura sobrada en
la conquista. Autores británicos hablan de cruza con bullmastiff, pero no
consta nada de ello en los archivos del Marquesado. Los Señores del Señorío del
Bejucal sólo seleccionaron los más
fieros y bravos, ganaron fama los de su encaste a mediados del
siglo XVI . Durante siglo y medio
aterrorizaron a los negros esclavos de las plantaciones y a los esclavos
fugitivos o cimarrones hasta la abolición de la esclavitud por el decreto del 17 de febrero de 1880 al que se le añade
el Real decreto de 1886, que
liberó los 30 000 esclavos que quedaban en España y sus provincias de
ultramar en tiempos de S.M don Alfonso XXII .
Se hacen particularmente famosos en la época de don Juan Clemente Núñez del Castillo y Molina (1754-1821), IV marqués de San Felipe y Santiago , I conde del Castillo y de su esposa
doña María Ignacia Espinosa de Contreras y Jústiz.
ES
VERDAD QUE EXISTIÓ LA RAZA :
La literatura acerca de la
cinofilia, los esclavos u otros eventos históricos describen a un animal de aspecto
feroz, orejas caídas, eran amputadas para
protegerlos de la maleza y los tirones o heridas que podían hacerles
los esclavos. Igualmente se les amputaban
los espolones y a algunos ejemplares se les dejaba sólo medio rabo. Cola,
larga y peluda, se torcía hacia el lomo como una hoz. El pelo corto y de color
rojizo, lobo, bicolor(más o menos manchado de blanco) o rojo con una pequeña
silla negra sobre el lomo, la raíz del pelo era algo más clara que el manto.
Había muchos ejemplares de máscara negra y más oscura que el tono del pelo.
Cabeza pesada, cráneo redondeado, hocico ancho y fuerte de longitud media
corta, lleno de pliegos de piel y
poderosa mordida. Su peso, alrededor de
65kg, su alzada entre 60 y 70 cms a la cruz.
De
su carácter se pregonaba su coraje, tenacidad, obediencia, audacia y facilidad para ser entrenado así como
temerarios y sin miedo a los hombres. Fuertes de complexión y rústicos de salud.
Ciento
cincuenta libras de peso, alzada tres pies….usado para recapturar los presos
fugados de la prisión de Andersonville Georgia…. Hablan muchos tratadistas de
ese país de algunos animales de esta raza como parte del cimiento de los pit
bulls .
Descendientes
de los alanos, mastines y lebreles españoles que ayudaron a la conquista de las
Américas como perros de guerra para aperrear a los indios, su función era la
que era, aperrear indios y capturar esclavos fugitivos o cimarrones, así como
de guarda y defensa de las propiedades de los hacendados españoles y criollos.
Cazaban al negro en equipo… mientras unos amedrentaban al esclavo, otros o le
agarraban por los brazos o por el cuello, esperando cualquier movimiento u
orden para ejecutarlo. Respecto a los indios sucedía otro tanto de la misma
especie cuando se sublevaban al
representante del poder Imperial, encarnado normalmente por la figura
del Virrey.
Existió
también un sabueso cubano, de formas y trazas que hacían gala a su ascendencia
de pachón español valga la redundancia, porque ser pachón es ser simplemente
perro de raza española sin discusión alguna, que no hemos de confundir con el
dogo, aunque a veces las malas lecturas y memorias les lleven al “totum
revolutum” de la confusión. Eran dos razas distintas con distinta misión: Unos
cazaban esclavos y los otros animales.
Los
unos y los otros desaparecieron por falta de utilidad los primeros (dogos) y
por cruzas e influencias de razas modernas los segundos (sabuesos).
De
las cuatro razas cubanas solo sobreviven dos: los simpáticos bichones habaneros
encumbrados a nivel FCI y el perro ganadero criollo que está casi extinguido según
las últimas noticias que he podido recoger.
Algunos dicen que cuatro cruzadotes de pitbull son dogos cubanos en la actualidad, pero nada más lejos de ello, son sólo un burdo intento de reconstruir una raza.
ES
VERDAD LO DE LA FAMA DE ESPECIALMENTE BRAVOS Y BIEN ENTRENADOS LOS DEL BEJUCAL
:
El
criadero de los Marqueses se hizo famoso por la bravura y el entrenamiento de
sus perros, con lo cual este pueblo se convirtió en el productor y exportador
de perros cazadores de esclavos apreciados tanto dentro como fuera de los
dominios españoles.
Normalmente
los entrenaban en grupos de tres o cuatro perros, mientras el grueso del grupo acorralaba
al esclavo, uno de ellos lo agarraba del cuello o de un brazo y los otros
hacían lo mismo. Si el esclavo no se movía lo sujetaban hasta la llegada de su
guía, esperando sus órdenes… si oponía resistencia era despedazado. El
entrenamiento era fundamental, los animales debían sujetar y trabajar sin dañar
la mercancía que era de alto valor.
Los
animales eran utilizados por los cazadores del Rey y por los rancheros. Los
cazadores del rey eran algo diferentes a los rancheros; los primeros trabajaban
para la Corona, los segundos trabajaban para enriquecerse ellos.
Dicen
que el primer cazador de esclavos en la isla fue el gobernador de Bayamo, don
Manuel de Rojas, que fue el primero en hacerlo
ayudado por perros y en cortar las cabezas como ejemplos a los negros más
rebeldes como escarmiento del resto.
El
primer grupo reflejado por la historia y capitaneados probablemente por este
señor fue un grupo de hacendados de Santiago de Cuba, estos fueron el primer
conato de los futuros rancheadores. Las disposiciones de la Corona derivaron
todo ello hacia los alcaldes mayores provinciales. Uno de los más tristemente
famosos fue don Antonio Barreto, cuyo hijo don Jacinto y su nieto don José
Francisco se hicieron inmensamente ricos y fueron ennoblecidos.
La
figura del rancheador toma gran importancia en el siglo XVIII, y cazaban por
encargo previamente fijado, a esclavos fugados, bien por la Junta de
fomento o por los Hacendados. Procedían
normalmente de estrato social medio bajo, eran pequeños propietarios,
encargados, capataces o ex milicianos y hasta bandidos como Domingo Armona.
Eran hombres muy rudos acostumbrados a la pelea y carentes de maneras;
necesarios para mantener el orden y la mano de obra en las colonias, las
autoridades les toleraban muchos abusos, peleas y atropellos a la población.
Su
mejor arma de rastreo y asalto a los
palenques de negros cimarrones (léase campamentos de esclavos fugados) eran los
protagonistas de nuestro relato, de los que normalmente cada rancheador
manejaba tres, atados a su cintura para darles suelta en el instante preciso y
necesario.
La
fama de los canes bejucaleños comenzó cuando en el año de 1787, los indios
misquitos se sublevan en las costas de Nicaragua y ponen en jaque a las tropas
Imperiales. Una docena de rancheadores y el triple de perros en pocos meses
penetraron en los territorios de estos indios en la costa Atlántica que
vivieron el terror de los dogos y de los brutales rancheadores, abriendo paso a
las tropas españolas.
Esta
noticia del éxito de la campaña hispano - canina en el este de Nicaragua, llega a la colonia Inglesa de Jamaica y sus
autoridades que no podían doblegar el norte de la isla por estar en manos de un
grupo de esclavos muy numerosos y “asilvestrados”. Los británicos dejan sus
diferencias a un lado con los españoles y fletan la goleta “Mercury” que llega
a Batabanó con el encargo de Lord Balcarres gobernador de Jamaica de traer
perros a sus dominios en un número de 30. Su delegado para esta misión fue el
coronel Jeremy T. Quarrell para realizar la petición al Capitán General de la
Habana, ante los desesperados intentos de acabar con esa sublevación.
Las
indagaciones del coronel inglés toparon con la colaboración de la señora
marquesa doña María Ignacia de Contreras, que denostada por la actual historia
cubana e inglesa por supuestos amoríos con el coronel, vió en realidad un
magnífico negocio en la necesidad de la colonia británica. Gracias a sus
influencias se allanaron los problemas con el gobernador don Luis de las Casas,
que facilitó documentación y medios al militar; el documento que se redactó
consistía en la estipulación de 100 pesos por rancheador antes del embarco y
otro tanto al concluir su trabajo, además de los 960 ofrecidos por la Asamblea
de colonos de Jamaica por cada esclavo vivo que se recuperase. Serían 10 los
rancheadores y 30 los perros.
En
tanto en cuanto las gestiones de Su Excelencia doña María Ignacia reclutaba a
los mejores rancheadores, el inglés se hospedó en casa de un afamado ex –
oficial francés que llegó desde Haití a instalarse en Cuba atraído por el
comercio de esclavos, Monsieur Fabian L´Epée, hospedaje lujoso buscado
igualmente por la aristócrata española.
Al
volver al Señorío del Bejucal, el coronel se encontró con que la Sra. Marquesa triplicó
el número de rancheadores y perros que se le encargaron (aquí no hay una
información concreta, los historiadores británicos dicen que partieron 64
rancheadores y el triple de perros y los españoles que 30 y el triple de perros),
diciéndole al coronel Quarrel que los
aceptaba a todos o no partía ninguno con ellos.
Quarrell
aceptó el trato, con el gran problema que suponía el que los documentos
proporcionados por el Gobernador que daba salida a menos hombres y perros, por
lo que tuvo que acudir a los sobornos y otras tretas con los soldados y
autoridades portuarias a fin de embarcar a todos ellos. Uno de los jefes fieles
e insobornables de la guarnición española trató de impedir ello y mandó un
jinete a la Habana para dar parte de ello, nunca llegó, pues fue interceptado,
capturado y amarrado por los propios rancheadores.
En
la primera semana de diciembre del año de Gracia de 1795, por la noche y tras
sortear todos estos problemas, partieron en la goleta “Mercury” hacia Jamaica,
siendo recibidos por los colonos en Montego Bay que quedaron estupefactos ante
la fiera estampa de los dogos y sorprendidos por los hoscos rancheadores.
El general Walpole, acostumbrado a la impoluta
indumentaria de los casacas rojas, se tomó aquella desaliñada tropa a chanza.
Para amedrentarlos ordenó una descarga de fusilería en “Steven River”, el resultado
fue totalmente el contrario: los perros atacaron a los caballos de su coche y a
los soldados que tenían próximos mordiendo fieramente las culatas de los
fusiles con las que trataban de apartarlos.
Los
rancheadores aplicaron su cruel y anárquico estilo, en un par de semanas
acabaron con el problema de los esclavos cimarrones y sus asentamientos del
norte que resistieron incluso a las tropas allí desplazadas desde la metrópoli poniendo
en jaque al ejército británico al que humillaron y derrotaron varias veces. Tras
la intervención en Jamaica los perros bejucaleños tomaron gran fama y empezaron
a exportarse fuera de Cuba, llegando incluso a auxiliar en el siguiente siglo a
los negreros del Sur de los EEUU, a las prisiones como perro de guarda y como
sangre de cruza para mejorar razas que hoy son propias de los EEUU, tal y como el pittbull (y no lo digo yo lo dicen páginas especializadas de ese país). Pero eso no
se cuenta, queda fea la influencia española….sin incluir más comentarios….en
fin!!!
Y esta es una historia
familiar que mi abuela me contó, en la que yo ahondé para saber de su verdad
contrastada, y yo la cuento a mis
sobrinos y espero que ellos lo cuenten a los descendientes de mi Casa y ahora
mi querido lector, te lo cuento a tí a fin de enriquecernos todos en la
maravillosa cinofilia española, pues Cuba era España, era la perla del Imperio
y la hija preferida de la madre Patria.
Rafael Fernández de Zafra.
Muchísimas gracias por tan detallada y atrapante crónica. Soy escritor y me ha servido para asentar históricamente uno de mis cuentos sobre la esclavitud en el Río de la Plata. Justamente de unos esclavos fugados y perseguidos. A las órdenes y nuevamente gracias por todo.
ResponderEliminarEstimado don Julio, gracias por su comentario. Me gustaría a ser posible tener su cuento cuando se publique y si me hiciera una dedicatoria más me gustaría. Es un placer haberle podido transmitir informacion valiosa para usted.
EliminarMuchísimas gracias por tan detallada y atrapante crónica. Soy escritor y me ha servido para asentar históricamente uno de mis cuentos sobre la esclavitud en el Río de la Plata. Justamente de unos esclavos fugados y perseguidos. A las órdenes y nuevamente gracias por todo.
ResponderEliminarYo
ResponderEliminarGracias por su bello relato, muy interesante, ojala quedara algún rastro de esta raza de perro en Bejucal donde se pudiera rescatar esacraza de perro en su antepasado. Casualmente en estos días he estado investigando sobre la raza de perro los Alanos Español y presa canario q sus orígenes fueron los q trajeron los conquistadores a América. Hay varios criadores serios q se han esforzados en rescatar la raza original y mantenerla en la esencia de lo q fueron en un pasado. He visto varios vídeos de estos perros y son maravillosos, una entrega, un carácter, un equilibrio y disciplina impresionantes. Ojalá q en cuba se encuentre personas conocedoras y amantes de los caninos q se pueda buscar e indagar en Bejucal a ver si se descubre algún perro descendiente de ese antepasado Dogo Cubano, en que se pueda rescatar algo semejante de lo q fue en su pasado. Dios quiera. Muchas gracias.
ResponderEliminarDe alanos y canarios están bastante recuperados....del de Cuba no hay nada, gracias por sus palabras y por leerme, un afectuoso saludo.
EliminarHola soy natural de Bejucal, me ha encantado su historia coincide con todo lo que he estudiado sobre la historia de mi pueblo. Si quisiera mas información sobre el pueblo y su historia, podría ponerle en contacto con historiadores del museo municipal.
ResponderEliminarMuy amable señor, gracias por leer mi artículo
Eliminarola Rafael me chamo Henrique e escrevo e pesquiso sobre o Fila brasileiro, gostaria de dizer que achei seu artigo muito bom e sensivel do ponto de vista literario. Nas pesquisas que faço sobre a formação da raça conhecida como Fila brasileiro tambem fui levado a crer que sua origem provem de raças espanholas, gostaria de pedir licença para citar algumas linhas de seu artigo em trabalho que estou escrevendo. Obrigado, um grande abraço!
ResponderEliminarHermano soy cubano, gracias a tu escrito ojalá muchos no engaveten la historia, más bien busco del sabueso, pero muy interesante, sabia de la raza y que estaba extinta nada más muy interesante todo gracias
ResponderEliminarBuenas tardes desde España, como bien han dicho más arriba, cierto es que hay criadores serios tanto de alano y digo español y mastín español de trabajo -que no de exposición- no son iguales. También decir que existe el perro de sant Humberto de origen belga; recuérdese, que antes Bélgica era español en los tiempos en los que usted situa el relato. Quizá todavía existe una pequeña oportunidad de reconstruir la raza, existen los tres ingredientes principales,solo hay que tener voluntat para ponerse manos a la obra. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias por el artículo, por compartir parte de las vivencias e historias familiares de otra Cuba; la perla del imperio, "la siempre fiel isla de Cuba". Muy bueno y entretenido el artículo.Existiendo aún hoy los componentes que menciona conformaron al Dogo cubano (Booodhound,Dogo español y Mastín español) ¿Se podría rescatar la raza? Recrearla, recuperarla?
ResponderEliminar