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sábado, 7 de junio de 2014

EL TERROR DE LOS ESCLAVOS: EL DOGO O MASTÍN DE CUBA.









Foto de 1867

EL TERROR DE LOS ESCLAVOS: EL DOGO ó MASTÍN DE CUBA.


Hubo en casa un lorito real, tan viejo como los tiempos, de frente blanco sucio, garganta y buche rojo como la sangre y el resto verde esmeralda, venía de Cuba y entró en la herencia que a mi abuela Isabel entre otras cosas y propiedades le dejó una tía bisabuela mía en la Isla más bonita de todas las provincias Imperiales de Ultramar. Hablaba mucho y contaba más del siglo, llamaba al ama, al amo, a la morena, al moreno, a la mami, a la yaguasa, a los perros…. especialmente a un tal “Bocanegra” y pregonaba papelón, maní, huevos a real el par ( güevos arrrrralparrr  ) y otras voces lejanas que en casa traían la nostalgia de lo perdido en la Isla.


El lorito real o cotorra cubana (amazona leucocephala) es una raza que sólo se da allí. Murió cuando yo andaba por los 12 años. Muchas veces las charlas de la familia desembocaban y desembocan en él y en sus gracias a pesar de hacer años de su muerte. Un día le pregunté a mi abuela, a mi mamá Isabel ¿Qué perro era ese “Bocanegra” y mi abuela desde su mecedora, tan señorial, en su luto perpetuo, con cabello de color plata y  dulce voz me contó lo que os voy a contar y que tras investigar también os voy a completar.


La familia poseía entre otras propiedades un laboratorio de farmacia en la Habana y allí  en las afueras un Ingenio de “cañadú” léase caña de azúcar. Mi tío bisabuelo don Manuel el farmacéutico andaba siempre entre negocios de un lugar a otro, de la Habana al Ingenio y de Cuba a  España y, para proteger a la tía bisabuela Leopoldina le llevó desde un pueblo llamado San Felipe y Santiago del Bejucal, a medio camino entre la capital cubana y Batabanó, un perro Dogo de Cuba, de color rojo, hocico negro, ojos amarillos y orejas cortadas, que le compró a unos señores marqueses que criaban de estos perros para hacer de guardianes en las plantaciones de café, tabaco y caña. Los de estos marqueses eran muy famosos por su fiereza y arrojo y por ello lo compró. La abuela lo conoció y me decía: “era casi tan grande como un mastín, muy frío y desconfiado con los extraños, sus ojos eran amarillos como el cobre, siempre andaba cerca de mi tía, pero cuando venía mi tío solo tenía ojos y halagos para él. Pobrecito el negro que se le cruzara en su camino, eran perros de esclavos y los usaban para cazar  a los que se fugaban de su amo. Se echaba al fresco en los escalones de la entrada de casa de tía Leopoldina, con un ojo cerrado y otro puesto en ella ”.


Todo ello movió mi curiosidad  cinófila y os voy a relatar lo que he podido averiguar de los dogos de Cuba a fin de comprobar los datos del relato que me contaba mi abuela y ver si eran ciertos o no y, sorprendentemente eran muy ciertos y veraces y son los que a continuación os expongo:


·        ES VERDAD LO DE LOS MARQUESES : El primer Señor y Marqués fue don Juan Núñez del Castillo y Piñero, natural de Almuñécar, en Granada, por haber fundado en 1711, , la ciudad de San Felipe y Santiago en cuatro caballerías de tierra de su corral denominado “El Bejucal”, situado a seis leguas de La Habana y ocho del surgidero de Batabanó, cuyo Señorío iba unido al título de marqués de San Felipe y Santiago, que se le otorgó el 30 de marzo de 1713, , pero éste falleció el tres de enero de 1724, sin haber sacado el correspondiente Real despacho de marqués de San Felipe y Santiago, adelantado y justicia mayor de la ciudad de este título, cuya denominación eligió por ser el nombre de pila de Su Majestad don Felipe V y de la ermita Santiago, que existía  en el antiguo caserío de la comarca: este fue el primer Señorío de Cuba, vinculado y con vasallos. El título de esta Casa nobiliaria sigue vivo y vigente en España.


En esta villa de Bejucal, se había creado un perro cruzado que era llamado “perro de los esclavos”, también llamado mastín cubano y más mundialmente conocido como dogo de cuba, resultante de la mixtura o cruza entre el bloodhound,  el dogo o alano español y el mastín español, estos dos últimos demostraron bravura sobrada en la conquista. Autores británicos hablan de cruza con bullmastiff, pero no consta nada de ello en los archivos del Marquesado. Los Señores del Señorío del Bejucal sólo seleccionaron  los más fieros  y bravos,  ganaron fama los de su encaste a mediados del siglo XVI .  Durante siglo y medio aterrorizaron a los negros esclavos de las plantaciones y a los esclavos fugitivos o cimarrones hasta la abolición de la esclavitud por el decreto del 17 de febrero de 1880 al que se le añade el Real decreto de 1886, que liberó los 30 000 esclavos que quedaban en España y sus provincias de ultramar en tiempos de S.M don Alfonso XXII .


Se hacen particularmente famosos en la época de  don Juan Clemente Núñez del Castillo y Molina (1754-1821), IV marqués de San Felipe y Santiago , I conde del Castillo y de su esposa doña María Ignacia Espinosa de Contreras y Jústiz.


ES VERDAD QUE EXISTIÓ LA RAZA :

 

La literatura acerca de la cinofilia, los esclavos u otros eventos históricos describen a un animal de aspecto feroz, orejas caídas, eran amputadas para

protegerlos de la maleza  y los tirones o heridas que podían hacerles los esclavos. Igualmente se les amputaban  los espolones y a algunos ejemplares se les dejaba sólo medio rabo. Cola, larga y peluda, se torcía hacia el lomo como una hoz. El pelo corto y de color rojizo, lobo, bicolor(más o menos manchado de blanco) o rojo con una pequeña silla negra sobre el lomo, la raíz del pelo era algo más clara que el manto. Había muchos ejemplares de máscara negra y más oscura que el tono del pelo. Cabeza pesada, cráneo redondeado, hocico ancho y fuerte de longitud media corta, lleno de pliegos de piel  y poderosa  mordida. Su peso, alrededor de 65kg, su alzada entre 60 y 70 cms a la cruz.


De su carácter se pregonaba su coraje, tenacidad, obediencia, audacia  y facilidad para ser entrenado así como temerarios y sin miedo a los hombres. Fuertes de complexión y rústicos de salud.


Las Ilustraciones norte americanas lo describían así:   



Ciento cincuenta libras de peso, alzada tres pies….usado para recapturar los presos fugados de la prisión de Andersonville Georgia…. Hablan muchos tratadistas de ese país de algunos animales de esta raza como parte del cimiento de los pit bulls .


Descendientes de los alanos, mastines y lebreles españoles que ayudaron a la conquista de las Américas como perros de guerra para aperrear a los indios, su función era la que era, aperrear indios y capturar esclavos fugitivos o cimarrones, así como de guarda y defensa de las propiedades de los hacendados españoles y criollos. Cazaban al negro en equipo… mientras unos amedrentaban al esclavo, otros o le agarraban por los brazos o por el cuello, esperando cualquier movimiento u orden para ejecutarlo. Respecto a los indios sucedía otro tanto de la misma especie cuando se sublevaban al  representante del poder Imperial, encarnado normalmente por la figura del Virrey.


Existió también un sabueso cubano, de formas y trazas que hacían gala a su ascendencia de pachón español valga la redundancia, porque ser pachón es ser simplemente perro de raza española sin discusión alguna, que no hemos de confundir con el dogo, aunque a veces las malas lecturas y memorias les lleven al “totum revolutum” de la confusión. Eran dos razas distintas con distinta misión: Unos cazaban esclavos y los otros animales.


Los unos y los otros desaparecieron por falta de utilidad los primeros (dogos) y por cruzas e influencias de razas modernas los segundos (sabuesos).


De las cuatro razas cubanas solo sobreviven dos: los simpáticos bichones habaneros encumbrados a nivel FCI y el perro ganadero criollo que está casi extinguido según las últimas noticias que he podido recoger.
Algunos dicen que cuatro cruzadotes de pitbull son dogos cubanos en la actualidad, pero nada más lejos de ello, son sólo un burdo intento de reconstruir una raza.

 

ES VERDAD LO DE LA FAMA DE ESPECIALMENTE BRAVOS Y BIEN ENTRENADOS LOS DEL BEJUCAL :


El criadero de los Marqueses se hizo famoso por la bravura y el entrenamiento de sus perros, con lo cual este pueblo se convirtió en el productor y exportador de perros cazadores de esclavos apreciados tanto dentro como fuera de los dominios españoles.


Normalmente los entrenaban en grupos de tres o cuatro perros, mientras el grueso del grupo acorralaba al esclavo, uno de ellos lo agarraba del cuello o de un brazo y los otros hacían lo mismo. Si el esclavo no se movía lo sujetaban hasta la llegada de su guía, esperando sus órdenes… si oponía resistencia era despedazado. El entrenamiento era fundamental, los animales debían sujetar y trabajar sin dañar la mercancía que era de alto valor.


Los animales eran utilizados por los cazadores del Rey y por los rancheros. Los cazadores del rey eran algo diferentes a los rancheros; los primeros trabajaban para la Corona, los segundos trabajaban para enriquecerse ellos.


Dicen que el primer cazador de esclavos en la isla fue el gobernador de Bayamo, don Manuel de Rojas,  que fue el primero en hacerlo ayudado por perros y en cortar las cabezas como ejemplos a los negros más rebeldes como escarmiento del resto.


El primer grupo reflejado por la historia y capitaneados probablemente por este señor fue un grupo de hacendados de Santiago de Cuba, estos fueron el primer conato de los futuros rancheadores. Las disposiciones de la Corona derivaron todo ello hacia los alcaldes mayores provinciales. Uno de los más tristemente famosos fue don Antonio Barreto, cuyo hijo don Jacinto y su nieto don José Francisco se hicieron inmensamente ricos y fueron ennoblecidos.


La figura del rancheador toma gran importancia en el siglo XVIII, y cazaban por encargo previamente fijado, a esclavos fugados, bien por la Junta de fomento  o por los Hacendados. Procedían normalmente de estrato social medio bajo, eran pequeños propietarios, encargados, capataces o ex milicianos y hasta bandidos como Domingo Armona. Eran hombres muy rudos acostumbrados a la pelea y carentes de maneras; necesarios para mantener el orden y la mano de obra en las colonias, las autoridades les toleraban muchos abusos, peleas y atropellos a la población.


Su mejor arma de rastreo y  asalto a los palenques de negros cimarrones (léase campamentos de esclavos fugados) eran los protagonistas de nuestro relato, de los que normalmente cada rancheador manejaba tres, atados a su cintura para darles suelta en el instante preciso y necesario.


La fama de los canes bejucaleños comenzó cuando en el año de 1787, los indios misquitos se sublevan en las costas de Nicaragua y ponen en jaque a las tropas Imperiales. Una docena de rancheadores y el triple de perros en pocos meses penetraron en los territorios de estos indios en la costa Atlántica que vivieron el terror de los dogos y de los brutales rancheadores, abriendo paso a las tropas españolas.


Esta noticia del éxito de la campaña hispano - canina en el este de Nicaragua,  llega a la colonia Inglesa de Jamaica y sus autoridades que no podían doblegar el norte de la isla por estar en manos de un grupo de esclavos muy numerosos y “asilvestrados”. Los británicos dejan sus diferencias a un lado con los españoles y fletan la goleta “Mercury” que llega a Batabanó con el encargo de Lord Balcarres gobernador de Jamaica de traer perros a sus dominios en un número de 30. Su delegado para esta misión fue el coronel Jeremy T. Quarrell para realizar la petición al Capitán General de la Habana, ante los desesperados intentos de acabar con esa sublevación.


Las indagaciones del coronel inglés toparon con la colaboración de la señora marquesa doña María Ignacia  de Contreras, que denostada por la actual historia cubana e inglesa por supuestos amoríos con el coronel, vió en realidad un magnífico negocio en la necesidad de la colonia británica. Gracias a sus influencias se allanaron los problemas con el gobernador don Luis de las Casas, que facilitó documentación y medios al militar; el documento que se redactó consistía en la estipulación de 100 pesos por rancheador antes del embarco y otro tanto al concluir su trabajo, además de los 960 ofrecidos por la Asamblea de colonos de Jamaica por cada esclavo vivo que se recuperase. Serían 10 los rancheadores y 30 los perros.


En tanto en cuanto las gestiones de Su Excelencia doña María Ignacia reclutaba a los mejores rancheadores, el inglés se hospedó en casa de un afamado ex – oficial francés que llegó desde Haití a instalarse en Cuba atraído por el comercio de esclavos, Monsieur Fabian L´Epée, hospedaje lujoso buscado igualmente por la aristócrata española.


Al volver al Señorío del Bejucal, el coronel se encontró con que la Sra. Marquesa triplicó el número de rancheadores y perros que se le encargaron (aquí no hay una información concreta, los historiadores británicos dicen que partieron 64 rancheadores y el triple de perros y los españoles que 30 y el triple de perros), diciéndole al coronel  Quarrel que los aceptaba a todos o no partía ninguno con ellos.


Quarrell aceptó el trato, con el gran problema que suponía el que los documentos proporcionados por el Gobernador que daba salida a menos hombres y perros, por lo que tuvo que acudir a los sobornos y otras tretas con los soldados y autoridades portuarias a fin de embarcar a todos ellos. Uno de los jefes fieles e insobornables de la guarnición española trató de impedir ello y mandó un jinete a la Habana para dar parte de ello, nunca llegó, pues fue interceptado, capturado y amarrado por los propios rancheadores.



En la primera semana de diciembre del año de Gracia de 1795, por la noche y tras sortear todos estos problemas, partieron en la goleta “Mercury” hacia Jamaica, siendo recibidos por los colonos en Montego Bay que quedaron estupefactos ante la fiera estampa de los dogos y sorprendidos por los hoscos  rancheadores.


 El general Walpole, acostumbrado a la impoluta indumentaria de los casacas rojas, se tomó aquella desaliñada tropa a chanza. Para amedrentarlos ordenó una descarga de fusilería en “Steven River”, el resultado fue totalmente el contrario: los perros atacaron a los caballos de su coche y a los soldados que tenían próximos mordiendo fieramente las culatas de los fusiles con las que trataban de apartarlos.


Los rancheadores aplicaron su cruel y anárquico estilo, en un par de semanas acabaron con el problema de los esclavos cimarrones y sus asentamientos del norte que resistieron incluso a las tropas allí desplazadas desde la metrópoli poniendo en jaque al ejército británico al que humillaron y derrotaron varias veces. Tras la intervención en Jamaica los perros bejucaleños tomaron gran fama y empezaron a exportarse fuera de Cuba, llegando incluso a auxiliar en el siguiente siglo a los negreros del Sur de los EEUU, a las prisiones como perro de guarda y como sangre de cruza para mejorar razas que hoy son propias de los EEUU, tal y como el pittbull (y  no lo digo yo lo dicen páginas especializadas de ese país). Pero eso no se cuenta, queda fea la influencia española….sin incluir más comentarios….en fin!!!     


Y esta es una historia familiar que mi abuela me contó, en la que yo ahondé para saber de su verdad contrastada,  y yo la cuento a mis sobrinos y espero que ellos lo cuenten a los descendientes de mi Casa y ahora mi querido lector, te lo cuento a tí a fin de enriquecernos todos en la maravillosa cinofilia española, pues Cuba era España, era la perla del Imperio y la hija preferida de la madre Patria.


Rafael Fernández de Zafra.







12 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por tan detallada y atrapante crónica. Soy escritor y me ha servido para asentar históricamente uno de mis cuentos sobre la esclavitud en el Río de la Plata. Justamente de unos esclavos fugados y perseguidos. A las órdenes y nuevamente gracias por todo.

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    1. Estimado don Julio, gracias por su comentario. Me gustaría a ser posible tener su cuento cuando se publique y si me hiciera una dedicatoria más me gustaría. Es un placer haberle podido transmitir informacion valiosa para usted.

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  2. Muchísimas gracias por tan detallada y atrapante crónica. Soy escritor y me ha servido para asentar históricamente uno de mis cuentos sobre la esclavitud en el Río de la Plata. Justamente de unos esclavos fugados y perseguidos. A las órdenes y nuevamente gracias por todo.

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  3. Gracias por su bello relato, muy interesante, ojala quedara algún rastro de esta raza de perro en Bejucal donde se pudiera rescatar esacraza de perro en su antepasado. Casualmente en estos días he estado investigando sobre la raza de perro los Alanos Español y presa canario q sus orígenes fueron los q trajeron los conquistadores a América. Hay varios criadores serios q se han esforzados en rescatar la raza original y mantenerla en la esencia de lo q fueron en un pasado. He visto varios vídeos de estos perros y son maravillosos, una entrega, un carácter, un equilibrio y disciplina impresionantes. Ojalá q en cuba se encuentre personas conocedoras y amantes de los caninos q se pueda buscar e indagar en Bejucal a ver si se descubre algún perro descendiente de ese antepasado Dogo Cubano, en que se pueda rescatar algo semejante de lo q fue en su pasado. Dios quiera. Muchas gracias.

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    1. De alanos y canarios están bastante recuperados....del de Cuba no hay nada, gracias por sus palabras y por leerme, un afectuoso saludo.

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  4. Hola soy natural de Bejucal, me ha encantado su historia coincide con todo lo que he estudiado sobre la historia de mi pueblo. Si quisiera mas información sobre el pueblo y su historia, podría ponerle en contacto con historiadores del museo municipal.

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  5. ola Rafael me chamo Henrique e escrevo e pesquiso sobre o Fila brasileiro, gostaria de dizer que achei seu artigo muito bom e sensivel do ponto de vista literario. Nas pesquisas que faço sobre a formação da raça conhecida como Fila brasileiro tambem fui levado a crer que sua origem provem de raças espanholas, gostaria de pedir licença para citar algumas linhas de seu artigo em trabalho que estou escrevendo. Obrigado, um grande abraço!

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  6. Hermano soy cubano, gracias a tu escrito ojalá muchos no engaveten la historia, más bien busco del sabueso, pero muy interesante, sabia de la raza y que estaba extinta nada más muy interesante todo gracias

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  7. Buenas tardes desde España, como bien han dicho más arriba, cierto es que hay criadores serios tanto de alano y digo español y mastín español de trabajo -que no de exposición- no son iguales. También decir que existe el perro de sant Humberto de origen belga; recuérdese, que antes Bélgica era español en los tiempos en los que usted situa el relato. Quizá todavía existe una pequeña oportunidad de reconstruir la raza, existen los tres ingredientes principales,solo hay que tener voluntat para ponerse manos a la obra. Un saludo.

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  8. Muchas gracias por el artículo, por compartir parte de las vivencias e historias familiares de otra Cuba; la perla del imperio, "la siempre fiel isla de Cuba". Muy bueno y entretenido el artículo.Existiendo aún hoy los componentes que menciona conformaron al Dogo cubano (Booodhound,Dogo español y Mastín español) ¿Se podría rescatar la raza? Recrearla, recuperarla?

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