En las conversaciones de sobremesa
cinófila saltan muchos temas interesantes a la par que desconocidos por muchos.
Este es uno de ellos y surge de la sobremesa del concurso del Valle del Azahar,
en Coín, conversando entre otros señores con mis buenos amigos don Miguel
Manzanares y don Manuel Ramírez Muñoz y a ellos lo dedico; al primero por ser
mastinero de ley y al segundo por ser juez de la raza y por su amor en general
a las que nos son propias.
EL ARMA BENDECIDA DE LOS MASTINES : LA CARLANCA
Debido a que en mi casa siempre ha
habido ganado y mastines, la carlanca es una herramienta de trabajo que no me
es extraña; las he limpiado con esmero, al viejo estilo, cuando se oxidaban,
con piedra de asperón y limón para luego engrasarlas con aceite de los turbios
de la tinaja y tras ello secarlas y colocarlas a los perros.
En las fuertes lluvias de primavera y de
otoño que impedían las faenas del campo, mi abuelo dedicaba el tiempo a las
escopetas, a los collares y carlancas a los arreglos de los arreos de las caballerías,
de los cencerros y los collares, me enseñaba el nombre de cada uno de ellos y
su uso y me contaba lo que os voy a relatar, algo de ello también he
vivido y que os quiero transmitir para que no se pierda en el tiempo.
SIGNIFICADO Y ORÍGEN DE LA PALABRA
El Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española al que como hispanoparlantes debemos echar mano para mejor
saber y expresarnos define así a este secular objeto :
Carlanca
De or. inc.; cf. lat. tardío carcannum 'collar'.
1. f. Collar ancho y fuerte, erizado de puntas de hierro, que preserva a
los mastines de las mordeduras de los lobos.
2. f. coloq. Maula, picardía, roña. U.
m. en pl.
carlanca
De or. inc.; cf. lat. tardío carcannum 'collar'.
1. f. Collar ancho y fuerte, erizado de puntas de hierro, que preserva a los mastinesde las mordeduras de los lobos.
2. f. coloq. Maula, picardía, roña. U.
m. en pl.
4. f. Hond. Especie de trangallo o palo que se cuelga del cuello de los animalespara que no traspasen las cercas de los sembrados.
tener muchas carlancas
Ya hemos averiguado mucho…derivada del
latín vulgar tardío, palabra de origen incierto carcannum que significaba
collar según la última edición de nuestra guía lingüistica.
Yo prefiero la definición del año 1822,
mucho más gráfica :
Carlanca: Singular Femenino.
Collar ancho de hierro o cuero muy fuerte, con puntas de hierro puestas hacia
afuera para armar el pescuezo de los mastines contra los lobos.
Pero ninguna de ellas completa hasta a
donde alcanza la función de la carlanca, carranca, fierro o fierru/s tal y como
se conoce entre otros nombres, en los diversos enclaves de nuestra
geografía patria donde actualmente se siguen usando pero, desgraciadamente,
cada vez menos. Limitan su uso al lobo y al mastín cuando este tipo de collar
también llegó a otras razas y para otros menesteres, fieras y alimañas (osos,
zorros etcétera) con formas diversas. El caso más representativo de otra
raza es la de los alanos españoles, tanto de caza como de guerra,
(refiriéndonos a la conquista de las Américas donde más protagonismo tuvo la
raza) u otras razas menores por su tamaño y peso, como careas de diversos tipos
y perros de caza usados como alimañeros ( léase perros de tamaño medio para la
caza de zorros, tejones, gatos monteses etcétera )
Otro cometido de las carlancas era
el que los vagabundos y ladrones de ganado no pudieran matar los perros con
facilidad, pues muchos de ellos aprovechaban la circunstancia de algúna res
atrasada o dispersa para darle muerte y comer carne y aprovechar su piel.
Tampoco nos desvela con total acierto
los orígenes pues si bien uno que se baraja es el de collar en latín vulgar
tardío otro que no se descarta es su derivación de “carlanco” que sería
como decir lobo ;
palabra antigua española en desuso para definir al infernal monstruo que dio
lugar al cuento de “El lobo y los tres cabritillos” que en realidad se llama
“El carlanco y los tres cabritillos magistralmente escrito por Cecilia
Bölh de Faber y Larrea española que tomó el pseudónimo de Fernán Caballero, por
la población de Ciudad Real, nació en Morges (Suiza) en 1796 de padre
diplomático alemán y madre española y murió en Sevilla en 1877, su buen
hacer,su basta obra y cultura la llevaron a ser protegida por los duques de
Montpensier y por la propia reina Isabel II.
ORIGENES MÁS ANTIGUOS
La carlanca es un utensilio
eminentemente Indoeuropeo; la zona del Asia menor y Europa son su cuna. Las
referencias más antiguas las encontramos en los relieves Asirio Babilónicos del
palacio de Ninive; los perros de Guerra de Asurbanipal (alrededor del 688 AdC)
aunque se habla de que pueden existir estas formas de collar desde finales del
III milenio AdC en el Imperio Acadio.
J. Mellart, en sus publicaciones de los
años 70 para el Museo Británico de Arqueología nos habla de la cultura Pirgia
(750-300 AdC), de las representaciones de los terroríficos Kocabas (traducido
como cabezas grandes, alusión que nos conduce a los molosoides y a sus descendientes directos de la zona el Kangal y el Anatolian ) perro guardián
con collar de puntas como protección…
Varro o Varrón, autor romano que
escribe magistralmente su “Res Natura” ya habla de collares para proteger el
cuello y la cabeza de los perros en su lucha con las fieras y así otros autores
griegos y romanos que glosan la vida y costumbres de las granjas, ejemplo
de ellos son Simón de Atenas, Jenofonte, Plinio Catón Columela, entre otros,
que tratan en sus obras en mayor o menor medida de tipos de animales, medidas
higiénico veterinarias, uso de los utensilios propios de los animales y un
largo etcétera.
No podemos dejar de nombrar los
magníficos mosaicos entre ellos los pompeyanos con el famoso “Cave Canem”, que
representan a perros encadenados con recios collares tachonados de púas
advirtiendo…Cuidado con el perro.
De Roma pasan a los diversos pueblos
conquistados e invasores del Imperio para llegar a todo el continente Europeo y
asentarse de modo indiscutible en el Medievo como pieza clave fundamental de
uso cotidiano en el perro de ganado de gran talla, especialmente en ese llamado
Mastín, nuestro mastín….que debe su nombre al dios Massatinus protector de las
granjas en Roma (videtur “El gran libro de la caza” Gastón Phoebus ,
conde de Foix, 1389).
Téngase en cuenta que las Realengas o
Cañadas reales y sus Cordeles etcétera eran en realidad casi todas ellas viejos
caminos migratorios de la fauna salvaje buscaba pastos, entre ellos los
caballos salvajes, los asnos salvajes, los bisontes y el fiero uro, antepasado
directo de nuestros toros de lidia…lugares peligrosos vigilados constantemente
por carnívoros ante los que había que luchar para poder sobrevivir hombres y
ganado. La carlanca era un seguro de vida para los perros y una ventaja para la
lucha.
CUANDO SE ELABORABAN LAS CARLANCAS Y COMO.
Los hierros de las carlancas se
terminaban en días determinados dependiendo del herrero y de la tradición del
lugar; normalmente el herrero en días de poco trabajo se dedicaba a preparar
cosas pequeñas como carlancas, tenazas, estreves(como llamamos en Andalucía a las trébedes)…pero las carlancas había que
terminarlas en días muy concretos como el del Corpus Cristhi, la Ascensión o el
primer lunes de Pascua. Los collares se hacían para proteger a los perros del
Maligno, de la representación de Satanás en la tierra y por ello había que
acudir a la Protección Divina.
Muchos de ellos las rociaban con agua
bendita o las pasaban por el santo patrón de la localidad, o le ataban pequeños
escapularios o trapo que hubiesen tocado al santo, siendo los preferidos San
Vito por ser protector de la rabia, San Antón protector de los animales
de granja o San Roque por llevar perro y haber una gran devoción al mismo por
ser el protector de las pestes.
Cada fila de púas debía llevar tres por
el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en honor a la Santísima
Trinidad, por ello muchos herreros rezaban al acabaras un Padrenuestro o una
oración inventada y recomendaban hacer lo propio al que les compraba los
hierros al ponerlos al perro e igualmente llevarles a bendecir por el párroco
el día del Santo protector de las bestias.
En Málaga se hacían muy buenas en una
herrería que existía en cuna bocacalle de calle Peso de la Harina (calle Estébanez Calderón), regentada por Manolo
Mayorga. que heredó el hacerlas de su padre, yo las he visto saltar chispas al
ser martilleadas contra el yunque, con el martillo de culo redondo….y a aquel
ritmo se le cantaba a los perros y a los lobos y a Dios que iba a librar al
ganado de esa cruel muerte, a pesar de los años tengo apuntada en una cuartilla
ya amarillenta, entre las páginas de mi Bíblia, la oración para colocar al
perro los hierros que dice así:
En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo
Amén (persignándose)
A ti Señor te encomiendo
Que estos hierros certeros
Paren a los lobos fieros
Pues a ti se consagraron
A ti señor te rogamos
Protejas a los ganados
A los perros que los guardan
Y al pastor en cuerpo y
alma.
Amén (persignándose)
TIPOS DE CARLANCAS
Se elaboraban de hierro en su mayoría y
de cuero, grueso, como de unos 12 centímetros de ancho, que más se usaban para
los perros de raza pequeña con tachonados diversos pero procurando
siempre que fuesen en tres las púas, por la Santísima Trinidad como dijimos
anteriormente. La última de estas la ví coser en la casa de un viejo zapatero
remendón en la Serranía de Cádiz, allá por el año 1978 para una podenca grande
de mi tío abuelo don Francisco Conde, que a la sazón era la que guardaba las
gallinas del cortijo “El Peral” sito entre la Sierra de las cuarenta y la
ganadería brava del Excmo Señor Duque de Ahumada, pago lleno de gatos monteses,
zorras y meloncillos que se cebaban a costa de mi familia.
Otros, normalmente para mastines se
hacen de hierro, para los perros de talla grande, que se realizan en
dos modalidades: la primera en planchas de hierro, curvadas adaptándose al
cuello, tachonadas de púas y enganchadas con argollas, otros son al estilo de
los collares de castigo actuales pero anchos y responden el grueso de sus púas
que engarzan unas con otras al grueso de los llamados clavos romanos o sea el
de un lápiz o algo más pero en cuadrado.
Un tercer tipo era también en placas,
pero en vez de unidos por argollas iban como embisagrados.
Los herreros recomendaban no pintarles
pero sí engrasarles ligeramente a fin de que si el lobo se pinchara pudiera
infectarse de tétanos.
El tipo primero y tercero responden a
los que, en hierro o en bronce se han encontrado en las excavaciones
arqueológicas relacionadas con Roma.
Fuera de nuestro país se usa también la
Carlanca, con los mismos orígenes y éxito pero en formato distinto. Entre ellas
podemos destacar contando con las españolas siete tipos:
El tipo más antiguo y primitivo en forma de aro de metal (bronce,
cobre, metal dorado o hierro indistintamente) abierto sujeto mediante un
pasador o cerrado, tachonado de una sola fila de púas o con púas sin orden que
se conservan en regiones remotas de Turquía, de Kazajistán y de Serbia.
En estos países conviven con los
tachonados de cuero y los estilo collar de castigo normalmente con dos o cuatro
púas.
El segundo tipo en forma de cadena eslabonada en forma de espina en el centro de Italia con los maremmano abruzzese, de cierto parecido a las de los
eslabonados tipo collar de castigo españoles, pero con púas dispares y no
alineadas, conviviendo con los tachonados de cuero, de mayor uso y anchura en
el sur de Italia (para mastino napolitano, cane corso y cane mannara).
El tercer tipo sería el de placas con argollas o eslabones, raramente en
bisagra de estilo Ibérico pues en España y Portugal también los hay, en diferentes púas, estrias y maneras.
El cuarto tipo sería el tipo collar de castigo eslabonado con tres púas,
de hierros gruesos al estilo de clavos romanos, normales de ver en España y más
raros en Portugal.
El quinto tipo sería el de cuero tachonado de púas con variantes según
localidad, raza y país.
El sexto tipo es la carlanga de pecho que lleva 7 clavos seis pequeños y
uno grande en el centro y que se engancha mediante dos eslabones a la carlanca
principal y con un tercero al que se le pasa una cuerda que se sube por debajo
de los brazuelos a la cruz y se vuelve a enganchar a uno de los eslabones o
argollas de la carlanca principal. Aprovecha esta carlanca de peto la ancestral
costumbre del mastín que cuando pelea empuja con el pecho, lo que significa
para el lobo una o varias certeras puñaladas.
El séptimo tipo seria y lo incluyo como tal pues he elaborado esta teoría,
el collar de madera de Almez del Ca de Bestiar, una lámina de madera
gruesa, dura y flexible, ancha, tachonada de bonitos adornos de metal dorado y
cerradas por una pequeña traba, que protegen a los perros de los cerdos que
pastorean y de los perros asilvestrados, tienen un curioso origen y tiene que
ver con la madera.
La teoría que he estudiado y os expongo
en primicia es la siguiente: Muchos pueblos de la época de los celtíberos, que
vivían a orillas del Mediterráneo tenían a los árboles longevos como sagrados
(Jean – Charles Pichon, autor de más de una treintena de libros de religiones
comparadas, comenta en su obra siempre que los primeros dioses
humanos fueron junto al sol, el árbol y la roca), De hecho un almez puede vivir
más de 500 años.
El Celtis australis, el Almez es sagrado
para los antiguos pueblos mediterráneos como hemos dicho. Teme al frío y su
límite geográfico en España no supera la comunidad de Madrid. Su fruto es comestible
y muy rico en azúcares y proteínas, sus hojas son un gran alimento para el
ganado y también medicinales, su madera se usa para los aperos de labranza, las
cunas, el menaje de cocina, para calentar el hogar y guisar y para con sus
raíces medicinales elaborar también pipas de fumar.
Como dato curioso el último gran bosque
de árboles de Almez está en las escarpadas riberas del Duero portugués.
Los pueblos del mediterráneo cuando
nacía un hijo varón plantaban uno para que en el futuro le proveyese y protegiese;
es tan antiguo su uso que los autores griegos dicen que durante su regreso a
Troya las naves de Odiseo y sus hombres fueron empujados por el viento a unas
islas que era la tierra de los lotófagos (comedores de loto) aunque los
estudiosos creen que en realidad recalaron en alguna isla mediterránea y
comieron almecinas.
Al ser una madera sagrada, se elabora el
collar para así proteger al perro y de ahí la razón, en concatenación perfecta
con la de las carlancas de cuero y las de hierro, que se elaboran bajo las
oraciones cristianas; esa sacralidad del almez sigue dentro de la memoria
étnica profunda del pueblo balear que la hereda de sus antepasados
prerrománicos…..
Pues esto es lo que os puedo contar de
las carlancas, de su modo de fabricarse y de sus tipos, de sus porqués…porque
ellas son parte de nuestro glorioso pasado, ése que hizo grande al Imperio
Español, el monopolio de las mejores lanas del Mundo.
Rafael Fernández de Zafra
Octubre de 2016.
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